Crítica Brave, Pixar regresa con poco fuelle


6,5/10

Pixar, en un intento por emular al clásico Disney en su confección de las historias que atañen a las princesas de cuento, nos trae este año Brave, la que ya califican muchos como la mejor película de animación del año y firme candidata a los grandes premios del próximo año. También es cierto que la competencia frente a Pixar es escasa y encontrar una producción que pueda hacerle frente es algo más que complicado.
El componente feminista que impone la película es lejano al que acompañaba a las antaño exitosas princesas Disney, sujetas al yugo de un hombre igual o menos poderoso que ellas y siempre bajo los designios de su propia cultura. En esta ocasión, Mérida será una de las pocas mujeres Disney a la que veremos caminar olímpicamente por los deseos políticos de sus majestuosos padres desobedeciendo las leyes y tradiciones de su pueblo para finalmente encontrar, no a un hombre con el que hallar el amor, sino a sí misma frente a la adversidad personal y familiar.
Brave gustará a los más pequeños de la sala gracias al ritmo y capacidad de diversión que imponen sus tres responsables, Mark Andrews, Brenda Chapman y Steve Purcell. Sin embargo, los más mayores encontrarán una sugestiva decepción llevada a cabo por los enormes éxitos y cualidades que han caracterizado a Pixar en los últimos años. Las anteriores producciones de la compañía del flexo han sabido cambiar por completo no solo los códigos del cine de animación sino los convencionalismos del cine moderno en base a distintas fuentes pasadas y presentes. En Brave encontramos una curiosa leyenda medieval que aporta mucho menos de lo esperado al imaginario colectivo que conforman la totalidad de las cintas de Pixar.
Pese a que estamos ante una de las películas más llamativas de este 2012, nos queda esperar a que lleguen muchas de las obras llamadas a convertirse en los mejores largometrajes animados de este año, entre otros, la esperada Rompe Ralph, producida por Walt Disney Animation. Brave es una cinta dividida en tres actos con una actitud guerrera e inconformista muy característica de las películas de Pixar. Con una princesa “antiprincesa”, nos conformamos ante una cinta que adolece de continuidad rítmica en el segundo tercio de la cinta.
No obstante, la cinta contiene secuencias realmente imperdibles y momentos que podemos calificar como los mejores del año tanto en animación como en cine en general. Pixar dota a esta película de ciertos aires orientales, véase los fuegos fatuos que tan usualmente marcan el destino a nuestra protagonista. El recuerdo de La princesa Mononoke y de Hayao Miyazaki se respira constantemente en esta última producción de Disney Pixar. Sin embargo, y para no cerrar el círculo de influencias, el cruce entre las actitudes de la naturaleza y la fantasía medieval se encierra también en las ancestrales tradiciones gaélicas así como leyendas populares de la isla de Gran Bretaña, donde encontramos restos de cuentos galeses y escoceses. 
¿Es Brave una de las mejores producciones de Pixar? Posiblemente no. Aunque no dista mucho de la línea que ha marcado el sendero de los grandes éxitos del flexo. Se encuentra lejos de Up, Wall-E o Toy Story. Pero, aun así, sigue demostrando que Pixar llega con fuerza, aunque no tanta como esperábamos en un principio.
Antes de cada sesión de Brave podemos ver un corto emotivo y precioso titulado La Luna, en el que abuelo, padre e hijo acuden a trabajar como cada día en la Luna. La banda sonora de Michael Giacchino y las reminiscencias al mejor Meliés son credenciales fijas para emocionarse con estos 7 minutos que acompañan a la proyección de Brave. El corto fue nominado a los Oscar a Mejor Cortometraje de Animación en la edición de 2011.