6/10
Los Vengadores constituyen un ejercicio fabricado por y para fans del universo Marvel. Es por eso que las notas numéricas de un producto tan discutible como el que contemplamos estén tan infladas en diversos sitios de la red. Joss Whedon ha realizado una película para uso y disfrute exclusivo de las legiones de amantes de los superhéroes de la factoría ya mencionada.
Desde el punto de vista del que redacta esta reseña, no se trata de una película de escasa o nula calidad en absoluto sino que, simplemente, no siente el aprecio necesario para que las acciones que llevan a cabo los diferentes roles de la cinta surtan efecto y simpatía como amante del cine. Eso sin contar el aberrante uso del 3D en secuencias fabricadas específicamente para tal fin como lo son todas aquellas películas previamente diseñadas para rascar los bolsillos más descosidos.
Los Vengadores es, a pesar de lo coral de su reparto, una película para disfrute y lucimiento (una vez más) del gran Robert Downey Jr. Su presencia en la pantalla inunda y devora a sus demás compañeros con un solo levantar de pestañas. El carisma que desprende su personaje unido al que despierta su propio rostro le hacen no necesitar nada más para llevarse los aplausos y las risas del público. Si hemos de ponernos exigentes, notamos que al rol de Downey Jr. se unen el de Chris Evans y Mark Ruffalo como puntos interesantes de la película en cuanto a captación psicológica de su condición de superhéroes. Iron Man, el Capitán América y Hulk se bastan ellos solos para sostener el peso de la guerra alienígena que se les viene encima en la eterna secuencia final. Ni Scarlett Johansson, ni Chris Hemsworth, tampoco Jeremy Renner o el veterano Samuel L. Jackson consiguen funcionar individualmente dentro del grupo sino que parecen estar pidiendo a gritos una película para ellos solos, en el caso de Thor, las ganas de que llegue su secuela.
A Los Vengadores no hay quien les niegue su presencia en los premios técnicos de la próxima temporada de galardones. A fecha de hoy, vaticinamos por lo menos los Oscars a Efectos Visuales, Efectos de Sonido y Montaje de Sonido. La espectacularidad de sus escenas es sobrecogedora y eso no se lo arrebata nadie. Sin embargo, cuando el espectáculo devora al guión hay un problema. Y Los Vengadores adolece de falta de trama. Por no hablar de un villano que, desde que apareció en Thor, se ha ganado la antipatía del que escribe por sobreactuado.
La historia del origen de Los Vengadores es lo suficientemente interesante como para mostrar algo de respeto por aquel escuadrón de superhéroes que consiguió hacerle frente a la Liga de la Justicia de DC Comics, liderada por los héroes de la competencia, Batman y Superman. Sin embargo, nos remitimos al background que nos proporciona haber visto las distintas aventuras de Thor, Hulk, Capitán América o Iron Man para no perdernos en una trama reconducida hacia estos propios personajes.
Los Vengadores resulta interesante como espectáculo visual y sonoro. Su artificio embauca de principio a fin. Sin embargo, la dosis de adrenalina que se descarga a partir del tercer cuarto de hora debió ser dosificada para no cansar al espectador más exigente con la obra original. Primer y segundo acto deberían haber estado alternados para presentar algo más la psicología de todos los personajes y no abandonar los momentos más llamativos de la película en un Robert Downey Jr. que sabe aprovecharse bien de estas situaciones.
Con ojo crítico, y desde el punto de vista de este redactor, Los Vengadores posee una gran cantidad de aspectos muy mejorables y otros tantos excesivamente virtuosos, tales como una impactante fotografía y una banda sonora que roza la más absoluta épica.
Desde el punto de vista del que redacta esta reseña, no se trata de una película de escasa o nula calidad en absoluto sino que, simplemente, no siente el aprecio necesario para que las acciones que llevan a cabo los diferentes roles de la cinta surtan efecto y simpatía como amante del cine. Eso sin contar el aberrante uso del 3D en secuencias fabricadas específicamente para tal fin como lo son todas aquellas películas previamente diseñadas para rascar los bolsillos más descosidos.
Los Vengadores es, a pesar de lo coral de su reparto, una película para disfrute y lucimiento (una vez más) del gran Robert Downey Jr. Su presencia en la pantalla inunda y devora a sus demás compañeros con un solo levantar de pestañas. El carisma que desprende su personaje unido al que despierta su propio rostro le hacen no necesitar nada más para llevarse los aplausos y las risas del público. Si hemos de ponernos exigentes, notamos que al rol de Downey Jr. se unen el de Chris Evans y Mark Ruffalo como puntos interesantes de la película en cuanto a captación psicológica de su condición de superhéroes. Iron Man, el Capitán América y Hulk se bastan ellos solos para sostener el peso de la guerra alienígena que se les viene encima en la eterna secuencia final. Ni Scarlett Johansson, ni Chris Hemsworth, tampoco Jeremy Renner o el veterano Samuel L. Jackson consiguen funcionar individualmente dentro del grupo sino que parecen estar pidiendo a gritos una película para ellos solos, en el caso de Thor, las ganas de que llegue su secuela.
A Los Vengadores no hay quien les niegue su presencia en los premios técnicos de la próxima temporada de galardones. A fecha de hoy, vaticinamos por lo menos los Oscars a Efectos Visuales, Efectos de Sonido y Montaje de Sonido. La espectacularidad de sus escenas es sobrecogedora y eso no se lo arrebata nadie. Sin embargo, cuando el espectáculo devora al guión hay un problema. Y Los Vengadores adolece de falta de trama. Por no hablar de un villano que, desde que apareció en Thor, se ha ganado la antipatía del que escribe por sobreactuado.
La historia del origen de Los Vengadores es lo suficientemente interesante como para mostrar algo de respeto por aquel escuadrón de superhéroes que consiguió hacerle frente a la Liga de la Justicia de DC Comics, liderada por los héroes de la competencia, Batman y Superman. Sin embargo, nos remitimos al background que nos proporciona haber visto las distintas aventuras de Thor, Hulk, Capitán América o Iron Man para no perdernos en una trama reconducida hacia estos propios personajes.
Los Vengadores resulta interesante como espectáculo visual y sonoro. Su artificio embauca de principio a fin. Sin embargo, la dosis de adrenalina que se descarga a partir del tercer cuarto de hora debió ser dosificada para no cansar al espectador más exigente con la obra original. Primer y segundo acto deberían haber estado alternados para presentar algo más la psicología de todos los personajes y no abandonar los momentos más llamativos de la película en un Robert Downey Jr. que sabe aprovecharse bien de estas situaciones.
Con ojo crítico, y desde el punto de vista de este redactor, Los Vengadores posee una gran cantidad de aspectos muy mejorables y otros tantos excesivamente virtuosos, tales como una impactante fotografía y una banda sonora que roza la más absoluta épica.
Comparto muchos de los aspectos que tu defiendes, sobre todo el de Robert Downey Jr, que aporta casi el 50% del disfrute de la película, de todas formas a mí sí me gustó bastante,supongo que verla en 3D también ayuda.
ResponderEliminarSaludos!!