[Crítica] Avatar

5/10

Es inevitable que el cine está cambiando. De una forma o de otra, todos los responsabes del Séptimo Arte ya están decidiendo los nuevos códigos que regirán el cine del próximo milenio si es que de verdad superamos el 2012, aunque Roland Emmerich diga lo contrario. Avatar es una de esas películas que uno sale de la sala pensando en que el cine que conocía desde pequeño está tocando a su fin. Y no es para menos.La nueva película de James Cameron es un claro ejemplo de lo que gente con dinero es capaz de hacer. Una película majestuosa a simple vista pero que esconde más trampas de lo que parece. Avatar no es más que un cómputo de efectos especiales anteriormente vistos en muchas películas de Hollywood juntos en una misma película. Por un lado, tenemos las pantallas virtuales que ya utilizó Steven Spielberg en Minority Report. Por otro lado, los efectos de las naves que ya inició George Lucas en la nueva trilogía de Star Wars. Y como olvidarnos del Motion Capture System, sistema de captación de movimientos que Peter Jackson utilizó en El Señor de los Anillos para hacer su Gollum o Robert Zemeckis en Polar Express para hacer que Tom Hanks se pusiera en la piel del revisor del tren. Además, este sistema será utilizado por Steven Spielberg y el mismo Peter Jackson para la nueva película de Tintín, cuyo estreno está previsto para 2012. Puede parecer que lo que escribo es algo negativo. Nada más alejado de la realidad. Aunque el guión no está demasiado trabajado, se suple con un despliegue absoluto de efectos especiales que hacen las delicias de los espectadores. Quizá se echa de menos algo más de profundidad a la historia, lo cual hubiese sido el complemento perfecto para los efectos visuales. Nominada a cuatro Globos de Oro (mejor película dramática, mejor director, mejor banda sonora y mejor canción) y viendo los competidores lo tiene realmente complicado. Y sin embargo, contemos con que estará presente en los Oscars puesto que este año hay 10 películas a competición por la mejor cinta del año. Podemos decir por tanto, que Avatar es un simple entretenimiento para gente que caiga en la red de las películas en 3D y de la diversión fácil basada en la publicidad que tanto efecto ha surtido en miles y miles de personas.
Espero, por la salud del cine futuro, que el 3D no acabe por ser viable.

Que los dioses me oigan.

1 comentario: