6,5/10
El realizador de la exitosa saga de Piratas del Caribe, Gore Verbinski, nos trae una película de animación que responde a más de uno de los ingredientes y características que hicieron inmortal al género donde pretende enmarcarse: el western. Con toda una carisima labor producción detrás en la que la cabeza pensante resulta ser George Lucas, el creador de la saga de La Guerra de las Galaxias, que con su Industrial Light & Magic hace que Rango sea un excelente divertimento para una tarde de buen cine. La película, producida por la multinacional norteamericana Nickelodeon, roza la perfección técnica en muchas de sus escenas recreando escenarios con una fidelidad y realidad que nada tienen que envidiar a las producciones de Pixar, la empresa que más alto ha puesto el guión. Cada animal que rodea las andanzas de Rango, la arena del desierto, las líneas de la carretera, el asfalto y el más mínimo detalle está recreado con un cuidado y afán digno de las mejores películas de animación que hayamos podido ver.
Se agradece por otro lado que Lucas no haya querido comercializar esta película en formato 3D ya que, de lo contrario, la pérdida de calidad hubiese sido increíble y el espectador tendría que estar más pendiente de recolocarse las gafas que de escuchar los incisivos diálogos y disfrutar con las mejores secuencias que veremos en los últimos años en el cine de animación.
Rango es considerablemente superior que otras apuestas animadas recientes pero adolece en su nudo. Con un arranque tremendamente prometedor, con unos búhos que recuerdan con sus narraciones musicales a los dos inocentones que nos animaban el desarrollo de la trama de Algo Pasa con Mary, la película va buceando en una gran aventura animada que desemboca en un desenlace un tanto dudoso con una paranoica secuencia en la que nuestro protagonista se enfrenta a su propia identidad. Imperdibles son esos cuatro búhos ataviados de mariachis que aparecen en los lugares más insospechados poniéndonos en contexto para que no perdamos el hilo de una narración ampliamente surrealista y llena de momentos que homenajean al mejor cine jamás realizado. La Trilogía del Dólar, con ese llanero solitario, su poncho y su asombroso parecido con Clint Eastwood o la excesiva referencia a Apocalypse Now, la cual nos encontramos en una de las más espectaculares secuencias de la trama dónde decenas de murciélagos vuelan a plena luz del día persiguiendo a nuestros protagonistas en su lucha por recuperar el tesoro perdido.
El metraje, entre demostración de lo absurdo y apología del surrealismo, navega por un tema bastante recurrente: la lucha por el agua. Incluso nos recuerda a estas épocas convulsas en las que los mandatarios corruptos se dedican a jugar sus cartas frente a un pueblo hambriento, pobre y en este caso, sediento. Sin embargo, y como en toda película de aventuras que se precie, hay un héroe que debe encargarse de devolverle lo que le corresponde a todo un pueblo.
Johnny Depp le presta su voz al camaleón protagonista, un actor tremendamente fullero que termina contando una milonga alrededor de su vida para hacerse el importante. Con más parecido con cualquier ser humano que camina por la calle que a un auténtico camaleón, Rango deberá cuestionarse su identidad y enfrentarse a sí mismo para lograr vencer a las fuerzas del mal que intentan acabar con la vida de todo aquel que reside en el desierto de Mojave. Pero no podemos quedarnos solo con las impresiones que nos produce el simpático de Rango sino con toda la red de personajes secundarios, únicos e inclasificables, que harán las delicias de todo aquel que se decida ir a ver Rango.
Hay lugares donde se especifica o se sugiere que es una película infantil. Viendo atentamente algunas secuencias considero que la calificación de No Recomendada Para Menores de 13 Años es más que acertada. No desvelaré ningún detalle del metraje pero puedo asegurar que más de un infante saldrá algo asustado después de contemplar ciertos avatares de la película. Alguien que conozca y sepa relacionar el libreto con la realidad disfrutará ampliamente del conjunto de la cinta, un producto interesante y técnicamente excelente.
Si se decide ir a ver Rango, deberá olvidarse de todo lo que le ha sucedido en el día. Liberar la mente y no juzgar nada en función de lo real o no que parezcan las escenas que está viendo. Nada es lo que parece. Y para empezar, jamás volveremos a ver un western protagonizado por un camaleón, zarigüeyas, avestruces, pavos, búhos y todo tipo de insectos.
Rango nada tiene que envidiar a las mejores películas del cine del Oeste y tenemos la certeza de ir a ver una interesante película donde la carcajada y la diversión están más que aseguradas.
Qué bien suena, Antonio. Se llevan haciendo ya hace tiempo grandes pelis de animación. Y en ésta está metido Gore Verbinsky, que no sé por qué lo confundí por un momento con los hermanos Wachowsky, o sea que será un producto cuidado. Hay que verla. Un saludo. Hasta la próxima.
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