6,5/10
Se perfectamente que, al colocarme delante del ordenador para escribir esta reseña, estoy dando al traste con el concepto de actualidad. Sin duda, Sin Identidad es una película que ya puede estar considerada como “pasada de moda”. Pero el tiempo del que dispongo me obliga a dosificar las películas que veo.
Animado por la presencia de uno de los actores a los que considero como “imperdibles”, aunque no llega al status de “mis favoritos”, me dispuse a intentar descifrar los secretos que protegía la interpretación de un Liam Neeson bien recuperado de la muerte de su esposa y dedicado por entero al cine, su profesión, algo que se le da bastante bien y donde ha podido encontrar refugio a su pena.
Tras apariciones en películas poco exitosas, entre las que destaco El Equipo A, Neeson ha vuelto por sus fueros y regala a los espectadores un thriller que puede resultar incluso demasiado enrevesado a las mentes poco hechas al seguimiento casi con papel y boli del libreto de una cinta. Sin Identidad es una de esas películas de las cuales te arrepientes de hasta toser o pestañear. Y no por sus increíbles escenas de acción, que tampoco son para tanto y en ocasiones resultan algo ridículas e incluso inverosímiles, sino porque cada segundo de metraje es vital para entender la secuencia inmediatamente siguiente.
Liam Neeson es un buen actor, no especialmente destacado, pero con interpretaciones por las que siempre le recordaremos (véase La Lista de Schindler o Michael Collins) por lo cual es casi incuestionable la labor del espectador en perdonarle cualquier papel que se aleje lo más mínimo de sus amplias capacidades como intérprete. En Sin Identidad ofrece un rol complicado, alejado de casi cualquier tópico o convencionalismo, en el que por mucho que el espectador intente meterse en su piel acaba bastante más desesperado que el propio protagonista.
Neeson aparece acompañado por dos increíbles bellezas rubias. La primera de ellas, January Jones, vista en Radio Encubierta o American Pie y mundialmente conocida y galardonada por su inimitable rol de Betty Draper en la mágica serie de la AMC Mad Men. En Sin Identidad aporta un papel frío y sin prácticamente ningún suspense más que el de ser una de las llaves que resuelven la complejísima trama. Por otro lado, Diane Kruger, destacada actriz alemana que obtuvo el éxito mundial con Troya y se consagró con Malditos Bastardos. Como acompañante de huidas y persecuciones con el protagonista está muy bien pero su papel poco aporta al desarrollo de una trama que, sin ella, también tendría su interés.
Animado por la presencia de uno de los actores a los que considero como “imperdibles”, aunque no llega al status de “mis favoritos”, me dispuse a intentar descifrar los secretos que protegía la interpretación de un Liam Neeson bien recuperado de la muerte de su esposa y dedicado por entero al cine, su profesión, algo que se le da bastante bien y donde ha podido encontrar refugio a su pena.
Tras apariciones en películas poco exitosas, entre las que destaco El Equipo A, Neeson ha vuelto por sus fueros y regala a los espectadores un thriller que puede resultar incluso demasiado enrevesado a las mentes poco hechas al seguimiento casi con papel y boli del libreto de una cinta. Sin Identidad es una de esas películas de las cuales te arrepientes de hasta toser o pestañear. Y no por sus increíbles escenas de acción, que tampoco son para tanto y en ocasiones resultan algo ridículas e incluso inverosímiles, sino porque cada segundo de metraje es vital para entender la secuencia inmediatamente siguiente.
Liam Neeson es un buen actor, no especialmente destacado, pero con interpretaciones por las que siempre le recordaremos (véase La Lista de Schindler o Michael Collins) por lo cual es casi incuestionable la labor del espectador en perdonarle cualquier papel que se aleje lo más mínimo de sus amplias capacidades como intérprete. En Sin Identidad ofrece un rol complicado, alejado de casi cualquier tópico o convencionalismo, en el que por mucho que el espectador intente meterse en su piel acaba bastante más desesperado que el propio protagonista.
Neeson aparece acompañado por dos increíbles bellezas rubias. La primera de ellas, January Jones, vista en Radio Encubierta o American Pie y mundialmente conocida y galardonada por su inimitable rol de Betty Draper en la mágica serie de la AMC Mad Men. En Sin Identidad aporta un papel frío y sin prácticamente ningún suspense más que el de ser una de las llaves que resuelven la complejísima trama. Por otro lado, Diane Kruger, destacada actriz alemana que obtuvo el éxito mundial con Troya y se consagró con Malditos Bastardos. Como acompañante de huidas y persecuciones con el protagonista está muy bien pero su papel poco aporta al desarrollo de una trama que, sin ella, también tendría su interés.
Dirigida por el catalán Jaume Collet Serra, Sin Identidad supone su primera incursión en Hollywood. El resultado no es malo pero a mí me faltan cinco minutos de metraje para poder comprender algunos cabos sueltos que quedan a la imaginación del espectador y que ayudarían más a una hipotética mejor comprensión de las algo menos de dos horas de duración.
Como aliciente al visionado de la cinta, tenemos de regalo las dos portentosas interpretaciones de dos secundarios de lujo. Por un lado, el gran actor alemán Bruno Ganz (mundialmente recordado por recrear la figura de Adolf Hitler en sus últimos días en El Hundimiento). En segundo lugar, al veterano intérprete norteamericano Frank Langella, más conocido por encarnar hace cuatro años al presidente Richard Nixon en la cinta de Ron Howard Frost contra Nixon.
Poco más puedo aportar a este comentario sobre Sin Identidad más que recomendar su visionado pero sin gastar demasiado dinero. No es el peliculón del año pero merece la pena recordar que alguna vez se hacen películas que entretienen y de las que no se arrepiente uno de recomendársela a los amigos o conocidos.
Como aliciente al visionado de la cinta, tenemos de regalo las dos portentosas interpretaciones de dos secundarios de lujo. Por un lado, el gran actor alemán Bruno Ganz (mundialmente recordado por recrear la figura de Adolf Hitler en sus últimos días en El Hundimiento). En segundo lugar, al veterano intérprete norteamericano Frank Langella, más conocido por encarnar hace cuatro años al presidente Richard Nixon en la cinta de Ron Howard Frost contra Nixon.
Poco más puedo aportar a este comentario sobre Sin Identidad más que recomendar su visionado pero sin gastar demasiado dinero. No es el peliculón del año pero merece la pena recordar que alguna vez se hacen películas que entretienen y de las que no se arrepiente uno de recomendársela a los amigos o conocidos.
Si yo tuviese que hacer crítica inmediata de las películas actuales que veo probablemente me daría un infarto. Por eso en esta semana subiré "127 horas", porque entre estudios y demás nunca se tiene todo el tiempo que se desea. De igual modo es algo a lo que nunca he dado mucha importancia porque sea cuando sea lo importante es que se haga, con películas de los noventa, de hace diez años o de ayer.
ResponderEliminarMe ha gustado tu crítica porque haces mucho incapié en la complejidad de su historia. Es algo que me llamó mucho la atención cuando vi el tráiler y las posteriores entrevistas a Jaume. Aún no he podido verla pero tengo ganas. Además es Liam Neeson, por él ya vale la pena.
¡Un saludo!
La primera parte de la película, algo más de hora y cuarto mantiene una tensión y un interés muy alto, manteniendo al espectador en el desconcierto más absoluto.
ResponderEliminarAl conocerse los detalles de la trama, y la resolución de la misma, la película se convierte en una peli ya vista varias veces, aunque acabada con corrección.
Liam Neeson no me parece un muy buen actor, en sus peliculas suele ser muy plano y no transmite a penas nada al espectador. De todas formas el que el director sea español tiene su punto positivo, ademas de la aparicion de Diane Kruger. Y la historia me parece bastante interesante e intrigante.
ResponderEliminarLa pelicula es bastante entretenida y con pocos puntos flojos, se podria decir que trepidante... a mi me gusto y las interpretaiones tambien, aunque claro siempre en VOS.
ResponderEliminarPues a mi me tuvo enganchado al asiento viendola como hacia tiempo no lo hacia, las interpretaciones son buenas aunque cierto es que la historia daba para más.
ResponderEliminar