[Crítica] Las brujas de Zugarramurdi

6,5/10

Álex de la Iglesia ha vuelto. Regresa a sus orígenes con una película alocada, surrealista, divertida y muy resuelta que recuerda el frenetismo de sus primeras obras tales como Acción mutante o El día de la bestia.
Mario Casas y Hugo Silva protagonizan esta nueva incursión del realizador bilbaíno en el terreno que, demostrado queda, mejor se le da: la comedia negra. Con un guión frenético, plagado de humor, reconocemos la coronación de Mario Casas y la desenvoltura de Hugo Silva en un papel de tal magnitud. Ambos se erigen como protagonistas absolutos de esta cinta sin desperdicio ninguno que comienza con un descacharrante atraco en la Puerta del Sol para culminar, de una forma absolutamente surrealista, en una cueva de brujas en el navarro pueblo de Zugarramurdi. La película constituye también un sonoro reportaje sobre la leyenda de las brujas de aquel municipio y las viejas historias que pululan por aquellos lares.
Con la interpretación secundaria de Carmen Maura, Terele Pávez, Enrique Villén, Macarena Gómez, Pepón Nieto, Secun de la Rosa y Carolina Bang, Las brujas de Zugarramurdi es uno de los mejores entretenimientos de los que podemos disfrutar en la cartelera actual y, de paso, apoyar al cine español con uno de sus realizadores más prolíficos.
Tras el paso de Álex de la Iglesia por el drama social en La chispa de la vida, retorna al género que le vio nacer, crecer y desarrollarse como director. La trayectoria del director siempre ha estado plagada de mucha sangre, violencia bizarra y desenfreno. Véase si no, los ejemplos que encontramos a lo largo de su filmografía. El día de la bestia, La comunidad, 800 balas, Muertos de risa o Balada triste de trompeta contienen algunos de los elementos clave del cine de Álex de la Iglesia.
En Las brujas de Zugarramurdi, somos perfectamente conscientes de que la película no hay que tomársela en serio. Estamos ante un despropósito enérgico y sin parangón en los últimos tiempos de cine español. También ante uno de los mejores arranques de la filmografía de su director. Como se ha podido afirmar en uno de los múltiples encuentros con el equipo desde que se lleva promocionando la película, Las brujas de Zugarramurdi es un cruce entre La matanza de Texas y Los Goonies o, incluso, Abierto hasta el amanecer. Ojo al dato.
Ir a ver la última de Álex de la Iglesia es acercarse al cine a divertirse, a no parar de reír, a observar a Mario Casas realizando un magnífico papel (todo hay que reconocerlo), a evadirse sin tomarse en serio lo que está sucediendo y, en definitiva, a divertirse de una manera ligera, sin pretensiones ni malas sensaciones. Una obra tan interesante como intrascendente, tan surrealista como divertida.

1 comentario:

  1. Jejej...yo también le he puesto un 6,0, y eso ya es mucho para un ignorante como yo!!!

    Aquí te dejo mi reseña, en la que en algo coincidimos, jijiji:
    http://cinesincriterio.blogspot.com.es/2013/09/las-brujas-de-zugarramurdi.html

    Desde la Ignorancia, Lucas Liz.

    ResponderEliminar