La historia comienza cuando, en plena época de los 70, con el grupo armado irlandés IRA en lucha por la independencia del Reino Unido. Existe una guerra civil entre los partidarios de la permanencia de los británicos en la isla irlandesa y los que amenazan a los católicos, considerados republicanos por un grupo de jóvenes encabezados por Alistair Little. Este grupo, denominado Fuerza Voluntaria del Ulster, irrumpe una noche en un domicilio y asesina a un joven católico. Pero cuando Little sale de la casa, en la calle permanece un niño de unos 12 años con un balón de fútbol en la mano mirándole a los ojos con cara de extremo horror. Han asesinado a su hermano a sangre fría. Años después, con la paz del Ulster firmada y con una paz relativa en el país, Alister Little y Joe Griffin van a encontrarse en un programa de televisión. Mientras uno busca redimirse, otro busca vengar la muerte de su hermano.
Una más que decente película sobre dos personalidades enfrentadas interpretados por un correcto Liam Neeson y una nerviosa recreación de su personaje por parte de James Nesbitt, un actor desconocido de nombre pero muy recordado en papeles secundarios en películas como Match Point, Bloody Sunday o Despertando a Ned. Si esta cinta se hubiese trasladado al teatro, las impresiones serían las mismas. Se suele echar en falta un mayor compromiso por parte del director a la hora de plantear la película. Con un prólogo realmente excelente en el que se nos plantea la historia, la historia va perdiendo fuelle conforme van pasando los minutos. Buena culpa de ello tiene la decisión del guionista de cambiar el nudo del debate entre los dos protagonistas dando un giro a la trama, un giro un tanto desafortunado aunque no desacertado. Podemos disfrutar de dos interpretaciones que nos legan dos psicologías distintas motivadas por unas circunstancias en la vida de cada uno que les han hecho ser lo que son y enfrentarse a sus respectivos problemas de una manera diferente. Por un lado, la actitud confiada y seguro de sí mismo que tiene el personaje de Neeson mientras la débil, frágil e inestable psique del personaje de Nesbitt. Sin embargo, cada uno lleva vidas totalmente contrarias a lo que su actitud desprende. Mientras el hombre confiado y seguro de sí vive solo en un piso pequeño en Belfast, Joe, el más débil de los dos, vive en una urbanización de las afueras en un chalet y con una fantástica familia que no duda en mostrarle su cariño.
No espere usted una película profunda acerca del terrorismo en Irlanda, un tema muy interesante que ya se ha tratado en cintas como Omagh o En el Nombre del Padre. Si decide ver Cinco Minutos de Gloria contemplará una buena historia sobre dos hombres que buscan sus cinco minutos de lucimiento ante las cámaras de televisión de todo el país. Uno para hacerse sentir más fuerte y pedir perdón ante el público a su némesis por haber matado a su hermano y el otro para vengarse de la muerte de un ser querido, una imagen imborrable que se le introdujo en su cabeza a los 12 años y de la que jamás se libró ya que durante años, toda su familia le creyó el auténtico culpable del crimen de su hermano.
Dirigida por Oliver Hirschbiegel, uno de los grandes creadores del cine alemán de los últimos años. Producto de su buen hacer son magistrales cintas como El Hundimiento, donde Bruno Ganz interpretaba de manera sobrecogedora a Adolf Hitler y El Experimento, en la que el gran actor alemán Moritz Bleibtreu se mete en la piel de un hombre cualquiera en un experimento psicológico capaz de llevarte a la locura.
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