Movido por las buenas críticas que ha recibido esta película y gracias a la consecución, contra todo pronóstico, de la victoria en los Oscar en la categoría de mejor película de habla no inglesa decidí ver El Secreto de sus Ojos. Desde que comienza, Juan José Campanella, su director, crea una atmósfera perfecta digna de cualquier película de cine clásico. La combinación de suspense, intriga, drama, tragedia, amor y toda una serie de improperios argentinos hacen de esta cinta una de las delicias que 2009 dejó a su paso. Y es que es inolvidable escuchar a Ricardo Darín pronunciar las palabras "boludo" o "pelotudo" sin que te produzca una sonrisa con ese arte y ese deje argentino que le hace ser lo que es: uno de los actores más grandes sobre el que jamás hemos puesto los ojos.
Precisamente, Ricardo Darín es el protagonista de esta belleza argentina. Interpreta a un abogado jubilado que está tratando de escribir una novela sobre un caso que vivió hace 20 años junto a sus compañeros y enemigos de juzgado. Entre ellos se encuentra el personaje de Soledad Villamil, ganadora de un Goya a la mejor actriz revelación que se le queda un tanto tardío puesto que Villamil lleva ya más de una década trabajando entre nosotros.
Con unas interpretaciones portentosas y dignas de elogio, la película ahonda en los recuerdos de su protagonista acerca de todo lo que puede recabar en su memoria acerca del asesino de una joven de 23 años con un futuro prometedor y una belleza inimitable. Él, jamás dedicado a la literatura, trata de comenzar su novela en muchas ocasiones pero en ninguna de ellas, llega a convencerle del todo.
Campanella, uno de los directores más respetados del cine argentino y mundial, crea una atmósfera que, a los que hemos visto mucho cine negro, nos recuerda a las grandes películas del género. El ambiente que transmiten los cigarrillos, la invasión de hogares ajenos en búsqueda de pistas y pruebas así como todos los elementos característicos de este tipo de cine. También es capaz de contarnos una historia haciendonos retrotraer al pasado sin necesidad del uso de unos flashbacks que dejan al espectador con ganas de volver de una especie de vórtice espacial sin salida y tan de moda en nuestros días. En esta cinta, los decorados, el maquillaje y la recreación magnífica del ambiente de los 70 nos permiten saltar de época en época sin perder el hilo de la trama. El retrato del descarnado paso de la edad y la consecuente evolución de la psicología humana quedan al descubierto en esta magnífica cinta.
Con movimientos de cámara realmente espectaculares donde se combina de manera magistral la cámara fija con la cámara en mano formato documental (véase la espectacular secuencia del estadio de fútbol), Juan José Campanella nos transmite la sensación de estar ante una cruda historia que nos tocará la psique y el corazón.
Con un final tan sorprendente como inesperado, El Secreto de sus Ojos nos recuerda porqué vamos todavía al cine y nos consuela saber que todavía hay gente que cuenta historias y no cae en el uso de las nuevas tecnologías sacrificando una buena historia en favor de unos espectaculares índices de recaudación y acrecentando una cada vez mayor ignorancia entre el público cinematográfico de los últimos tiempos.
Premiada en multitud de certámenes tanto en apartados técnicos como interpretativos, El Secreto de sus Ojos cuenta con un 55% de producción española entre TVE y Canal + España. Encima, tuvo la osadía de ganar en la pasada entrega de los Oscar a la gran favorita y en la que todos teníamos un voto a favor: La Cinta Blanca, película alemana unánimemente aclamada y dirigida por el gran Michael Haneke.
Ahora y viendo El Secreto de sus Ojos me alegro de que los grandes premios del cine hayan sido repartidos entre dos de mis películas predilectas del año.
Ya está en DVD y si tienen oportunidad, acérquense a esta película y disfruten de lo que queda de cine del bueno en este, nuestro planeta Tierra.
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