Comenzar a ver una película y que, de manera inmediata, te recuerde a Minority Report, Origen y Luces rojas no te hace más que recostarte en el asiento y esperar paciente a ver qué sucede. Los primeros minutos de Mindscape no son más que una mera toma de contacto del director con el pedregoso terreno sobre el que está deambulando. Sin embargo, a medida que la trama comienza a desarrollarse, la película se torna en un interesantísimo experimento de trampas, inteligencia adolescente y peligrosa seducción.
Al mando de la nave, un realizador español que debuta en el largometraje. Un Jorge Dorado que viene avalado por su trabajo como cortometrajista y por la producción de Jaume Collet-Serra, quien ya recaló en Hollywood con Sin identidad o La huérfana. Con una técnica realmente notable, Dorado se marca un ejercicio de intriga muy destacado con un baile de géneros que no desentonan entre sí.
Dorado dirige con maestría a Mark Strong, Taissa Farmiga y Brian Cox en unos papeles que van desarrollándose de manera sólida a lo largo de la trama. Lo que más atesora Mindscape es un final que deja la mayor parte de los cabos del guión atados mientras asistimos a un clímax en el que, por qué no decirlo, se nos engaña a todos por más que intentemos el viejo truco de “me lo veía venir”. Sin embargo, la técnica juega malas pasadas al director. Un mago nunca debe enseñar sus trucos y ciertos planos en ciertos momentos nos invitan a pensar que algo está sucediendo aunque no terminemos de concretar qué es.
Hay muchas películas que han tratado el viejo arte de introducirse en los recuerdos y los sueños. Es algo que cobra sentido en el cine cuando los montajes en paralelo de realidad e irrealidad son absolutamente convergentes. La presencia de Mark Strong, la habilidad de Taissa Farmiga y un secundario como Brian Cox aportan la respetabilidad necesaria para que Mindscape se convierta en un producto más allá de un símil de telefilme. Aquí hay técnica, hay labor. Hay un realizador que, esperemos, comience pronto a dar guerra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario