Fallece Elizabeth Taylor, los ojos más apasionados de la Historia del Cine

Ha muerto una de las grandes damas del cine. Ha fallecido una de las mejores actrices que vio nacer la época dorada del cine. Ha fallecido Elizabeth Taylor. Es de obligado cumplimiento el hacerle un homenaje a tantos años de carrera y excelsas interpretaciones de una actriz inimitable.
Parece que cuando muere alguien todo el mundo está obligado moralmente a hablar bien de aquel que ha sucumbido ante el inesquivo letargo eterno. Sin embargo, cuando fallece un intérprete con una vida y una carrera profesional tan agitada como la de Elizabeth Taylor merece la pena detenerse ante muchos aspectos de su trayectoria para poder rendirle un sentido y respetuoso homenaje.
Taylor consiguió entrar en el Olimpo de Hollywood al ganar dos Oscar, el primero de ellos en 1960 por Una Mujer Marcada y en segunda ocasión en 1966 por la fantástica ¿Quién Teme a Virginia Woolf? Por si fuera poco, estuvo nominada en otras tres ocasiones por interpretaciones tan sublimes como las que nos regaló en El Árbol de la Vida, junto al eterno Montgomery Clift; La Gata Sobre el Tejado de Zinc, en la que compuso una de las más inmortales parejas del cine junto al gran Paul Newman y por De Repente El Último Verano, donde trabajó nada menos que con Katharine Hepburn y repitió con Clift.
En su adolescencia ya daba muestras de que estábamos ante todo un descubrimiento. Sus interpretaciones en El Padre de la Novia o Ivanhoe le abrieron las puertas al estrellato y comenzó a recibir guiones y libretos donde tuvo para elegir. Elizabeth Taylor fue una mujer con una belleza extraña, felina, con una mirada violeta que enamoraba a compañeros de escena, técnicos y espectadores de todas las clases sociales y condiciones.
Nació el 27 de febrero de 1932 y durante toda su vida se caracterizó por, a pesar de su belleza, tener una salud muy deficitaria. Fue intervenida quirúrgicamente en una veintena de ocasiones incluyendo un tumor al que consiguió derrotar tras una dura lucha que la obligó a retirarse durante algunos años de cualquier atisbo de vida pública.
En todas sus películas demostró una gran profesionalidad hasta que fue haciéndose un hueco entre las estrellas más rutilantes de Hollywood y comenzó a perder ese aura en perjuicio suyo ocasionando incluso los miedos de quiebra de productoras tan importantes como 20th Century Fox y la locura de un realizador tan equilibrado como Joseph L. Mankiewicz en una mítica producción titulada Cleopatra que tantos dolores de cabeza trajo y la cual el tiempo ha situado en su justo lugar en la Historia del Cine.
Uno de los aspectos más conocidos de la vida de Elizabeth Taylor es su propensión a los matrimonios. Siete maridos para ocho matrimonios en toda su dilatada vida amorosa. Pero sin dura, el amor tan sobrenaturalmente pasional que vivió por uno de mis más admirados actores, Richard Burton, la llevó a la más absoluta locura. Fiestas, borracheras, palizas, besos, caricias, películas y sobre todo, la Perla Peregrina, una de las historias más apasionantes que pueden llegar a nuestros oídos.
La Perla Peregrina es una perla considerada una de las joyas más valiosas de la trayectoria histórica de Europa. Estuvo en manos del rey Felipe II y fue parte de la amplia colección de joyas formantes de la Corona de España. Sufrió pérdidas e incluso un robo por parte del depuesto rey José Bonaparte, hermanísimo del emperador francés. Sin embargo, con el paso de los años, esa misma joya acabó en una casa de subastas donde fue tasada y puesta a la venta en 1969.
La Casa Real Española intentó por todos los medios torpedear esta salida a subasta alegando que la Perla Peregrina era falsa. Cantidades de dinero ingentes fueron ofrecidas por esta joya. La mayor cantidad ofertada fue de 20.000 dólares por Alfonso de Borbón Dampierre. Hasta que llegó el actor galés Richard Burton y la adquirió por 37.000 dólares regalándosela a su entonces esposa construyendo toda una legendaria historia que engrandecería aún más la vida de Elizabeth Taylor.

Gigante, Mujercitas, El Padre es Abuelo, La Última Vez que Ví París y Hotel Internacional son algunas de las películas en las que participó esta ya inmortal actriz que ha fallecido esta misma mañana en el mismo hospital donde llevaba internada dos meses por complicaciones con su osteoporosis y donde vio su última gala de los Oscar.
Durante toda su vida fue amiga de sus amigos y casi siempre unas amistades con muchos problemas de todo tipo. La muerte de Montgomery Clift fue un duro varapalo para ella puesto que la fragilidad psicológica del que fue su compañero de reparto en varias películas fue motivo de muchas preocupaciones. El fallecimiento de su gran amigo Rock Hudson a causa del SIDA la mantuvo al frente de numerosas campañas sociales en la lucha contra esta terrible enfermedad.
Gracias a su compromiso con la sociedad fue nombrada Dama del Imperio Británico por la reina Isabel II de Inglaterra y galardonada con el Príncipe de Asturias de la Concordia en 1992. Su última aparición pública fue en el funeral de otro de sus grandes amigos, el cantante Michael Jackson, el cual falleció hace ya dos años, en julio de 2009.
Ha muerto Elizabeth Taylor. Se ha cerrado una época en la Historia del Cine. La muerte de Paul Newman, Tony Curtis y la propia Taylor nos han afectado sobremanera a todos los amantes del cine clásico. Ha fallecido una de las grandes damas y actrices que jamás tendremos ocasión de ver en la gran pantalla. La muerte nos ha arrebatado esa mirada violeta que tanto nos ha enamorado durante setenta años de carrera.
Descanse en paz, Elizabeth Taylor.

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