Crítica El dictador; El "humor" de Sacha Baron Cohen

5/10

Tras Borat y Brüno, Sacha Baron Cohen vuelve a la comedia satírica para reírse en la cara de todo aquel dictador que aún siga pululando por el mundo acosando a su población y a medio mundo con amenazas que rondan la violación de los derechos humanos y las armas nucleares. El dictador Aladeen es la tercera cara de una trilogía dirigida por Larry Charles en la que el actor da rienda suelta a su capacidad de burla hacia los miedos de la sociedad. Acompañado de actores secundarios dispuestos a reirse de sí mismos al aparecer en esta película con los rostros de Megan Fox, Ben Kingsley o John C. Reilly, Sacha Baron Cohen dibuja una película que cumple con su objetivo principal: causar la risa en el espectador con chistes sobre el 11-S, el SIDA o hacer un símil entre un artefacto nuclear de destrucción masiva y un consolador. Con gracietas de este estilo, Baron Cohen disfruta como un niño sabiendo que tiene la complicidad del espectador que acude a ver la película sabiendo que no dejará títere sin cabeza en algo tan controvertido como la política internacional.
Sin embargo, y a pesar del loable intento del actor de realizar una parodia de la complicada situación política, bélica y económica mundial, tenemos un guión que roza el absurdo con situaciones realmente espantosas. Larry Charles no guarda el ritmo debido a las secuencias cortando o alargando en el metraje escenas sin importancia y contraponiéndolas a los importantes mensajes de la película. Por si fuera poco, algunos chistes, dentro de los objetivos de la película, resultan de muy mal gusto aunque no debemos olvidar que la indignación es precisamente lo que busca el actor protagonista, capaz de lo mejor y de lo peor en sus interpretaciones.
El dictador no es una cinta que quedará en el imaginario colectivo como una feroz crítica al star-system político actual donde los ministros, embajadores y diplomáticos son personajes de alguna mala obra de teatro y que tienen sus peleas de patio de colegio sin pensar que sus actos repercuten en la vida, educación y calidad de vida de millones de personas. El dictador ahonda, sin manifestarlo expresamente, en los retratos de sátrapas como Saddam Hussein o Gadafi, dictadores totalitarios que sometían al pueblo y que odiaban profundamente la palabra “democracia”. Sacha Baron Cohen conoce a la perfección todos los movimientos que se realizan en aquellas dictaduras y tiene la suficiente desvergüenza para dedicar la película a la memoria del fallecido Kim Jong Il, dictador coreano con el que nos llevamos el primer golpe de efecto. Por contra, resulta bastante irrisorio ver la autoparodia de Megan Fox o la vejez de un Ben Kingsley que se da un homenaje cómico alejado de los papeles a los que nos tiene acostumbrados. No faltarán los chistes machistas, contra Justin Bieber, Harry Potter o xenófobos. ¿Qué nos tendrá preparado Sacha Baron Cohen para su próxima sátira cinematográfica?

2 comentarios:

  1. Yo de Sasha sólo he visto Borat y la verdad es que no me hizo mucha gracia. El trailer de El dictador me ha levantado alguna que otra sonrisa, así que supongo que le daré su oportunidad. Lo que está claro es que este señor es un personaje.

    Un saludo

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  2. Es una estupenda pelicula muy comica al igual q sarcastica y cruda

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