Fallece Ernest Borgnine, la excelencia del actor de reparto

En la Historia del Cine hay varios nombres que brillan con luz propia entre el mercado de actores secundarios que los productores y directores consideraban para sus películas. Ernest Borgnine acompañó siempre a los mejores de su generación y, en ocasiones, adelantaba su posición para merendarse a los actores principales de cualquier película en la que participase. El gran Borgnine falleció ayer a los 95 años víctima de un fallo renal en Los Ángeles rodeado de toda su familia. La importancia que hoy se le da al actor secundario o de reparto viene concedida por una legión de nombres que, sin interferir en la labor principal de su compañero de turno, supieron adaptarse a las necesidades de su guión, pronunciar no más frases de las necesarias y convertirse en leyendas o mitos del Séptimo Arte. Es el caso de Karl Malden, Edward G. Robinson, Anthony Quinn o el eterno Ernest Borgnine.
Marty fue la película que terminó por consagrarlo, no entre los cinéfilos y espectadores, sino entre los miembros de la Academia de Hollywood. Su primera nominación obtuvo el mayor premio del año en una ceremonia en la que se enfrentó a Frank Sinatra, James Dean, Spencer Tracy y el gran James Cagney. El debut en el cine del director Delbert Mann consagró como estrella principal a Borgnine. Por si fuera poco, Marty también fue la primera película norteamericana en llevarse la Palma de Oro en el Festival de Cannes, allá por 1956.
Con raíces italianas, al actor siempre le gustó volver a tierras transalpinas para rodar producciones menores pero con mucha carga sentimental para él. Barrabás, Venganza siciliana o El juicio universal son algunos ejemplos de su amor por Italia. Sin embargo, y pese a la gran cantidad de películas que rodó, siempre le recordaremos por su participación en las ya legendarias Doce del patíbulo, De aquí a la eternidad, Grupo salvaje, Los vikingos, El vuelo del fénix, Jesús de Nazaret o La aventura del Poseidón. En todas ellas actuó de secundario y su nombre brilló con luz propia incluso por encima de la del resto del reparto e incluso el equipo técnico. Da igual que trabajara con Lee Marvin, Burt Lancaster, James Stewart o William Holden. Ernest Borgnine siempre destacaba. Uno de los hechos más recordados de los últimos años de vida de Borgnine es su viaje en autobús por toda Norteamérica reuniéndose con sus fans. Lo hizo en dos ocasiones y de una de ellas salió su autobiografía, Ernie. Su presencia no solo fue cinematográfica sino también televisiva. Y es que apareció en la serie Urgencias, siendo nominado a su tercer Emmy, varios episodios de Bob Esponja y Todos los perros van al cielo como doblador. También tuvo su mítica aparición en un capítulo de Los Simpsons. Su última aparición en la gran pantalla fue en Red, cinta que lo reunió con Bruce Willis, Helen Mirren, John Malkovich y Morgan Freeman en el que terminaría siendo su epitafio cinematográfico.
La vida de Ernest Borgnine se apagó ayer en Los Ángeles a los 95 años dejando una estela de grandes películas en las que participó, protagonizó y se forjó una leyenda. No queremos empezar el día de hoy sin recordar a uno de los mejores actores de reparto que jamás ha pasado por la gran pantalla. Ernest Borgnine forma parte de una generación de nombres que poco a poco nos va dejando. El Hollywood dorado se marcha. Descansa en paz, Ernie.

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