Crítica Biutiful; La Fonética de una Vida Desgarrada

9/10

- Papá, ¿cómo se escribe "beautiful"?
- Pues no sé. Como suena, supongo.
Este es uno de los diálogos de la película que mejor ilustra la que posiblemente sea una de las obras cumbre de este 2010. La que nos otorga la definición perfecta a la hora de entresacar todos y cada uno de los momentos clave de la película. El nexo de unión que hace que todas las escenas y secuencias de la película tengan un sentido común. 
Hay mucha gente que se escuda en descalificar la película (salvando el loabilísimo trabajo de Javier Bardem) basándose en que el libreto que conforma los diálogos del metraje ya no están escritos por Guillermo Arriaga, el autor de las tres obras maestras del cine de Iñárritu: Amores Perros, 21 Gramos y Babel. En esta ocasión es el propio director mexicano el que aporta su pluma para escribir las escenas de esta maravillosa película titulada Biutiful.
Hay momentos en los que se nota que Arriaga ya no está. La cohesión de algunas escenas queda en entredicho pero en su lugar tenemos información en bruto acerca de la vida cotidiana. Ya no hay historias cruzadas ni personajes que se relacionan unos con otros por obra y gracia del amor al arte de estos dos ilustres mexicanos. Aquí hay dureza, muerte, supervivencia, lucha, miedo, tristeza y mucho, mucho amor. Amor por la vida que se va, amor por los hijos, amor por una esposa que se abandona a sí misma. Pero tal y como se entiende la película, la vida no es todo lo bella que parece. La vida no es beautiful, sino biutiful. Así, mal escrito. Por que en este mundo no hay nada bonito, ni nada bello. Todo se termina tarde o temprano. La película es pesimista, quizá siendo lo más duro el mensaje que se desprende de ella, el hecho de que antes o después la vida te acaba devolviendo los golpes. Unos golpes que están representados en los acordes de las pocas melodías que suenan en la película, compuestas por el compositor Gustavo Santaolalla, el cual hace digerir las secuencias más desafortunadas de la cinta. 
Sin embargo, viendo la cinta de Iñárritu acabas por concluir que aunque tu vida parezca que va mal, siempre hay alguien pasándolo mucho peor. La película nos dice que nos debemos sentir afortunados porque tenemos un techo firme, una comida digna en el plato tres o cuatro veces al día y una cama cómoda con mantas donde podemos encogernos cada noche, en solitario o con la persona que más amamos en la vida. Aunque Biutiful no deja de contener un mal presagio a la hora de definir la propia vida, es inviable no extrapolar ese mensaje a la vida cotidiana y hacer una autoconfesión acerca de nuestra condición de seres humanos. Muchos nos quejamos por vicio. Tenemos todo lo que queremos cuando lo queremos y aún así, seguimos quejándonos.
Viendo Biutiful entiendo menos el efecto tan arrollador que han tenido otro tipo de películas mucho más simples y menos impactantes. Se nota que en este 2010 el público se ha definido por exigir cintas livianas que no fueran más allá del simple entretenimiento. Hubo millares de personas que disfrutaron con La Red Social y se durmieron con El Americano, la simpleza y concisión contra el estilo y la meticulosidad. No obstante, yo he disfrutado con todas y cada una de estas películas como el que más.
¿Y qué puedo decir de Javier Bardem? Pues simplemente que me ha terminado de conquistar. El actor español era uno de mis "odiados" gracias a sus apariciones en sandeces españolas como Jamón, Jamón aunque sin embargo, comenzó a llamarme la atención cuando realizó Carne Trémula junto a Pedro Almodóvar. No hay ninguna duda de que supo subirse a la cresta de la ola realizando Antes que Anochezca (Julian Schnabel, 2000) por el que fue nominado al Oscar al mejor actor. Posteriormente, sus apariciones en Collateral y Pasos de Baile le terminaron de aupar al estrellato en Hollywood. Mar Adentro, No es País Para Viejos (Oscar incluido) y Vicky Cristina Barcelona le llevaron a lo más alto y a ser uno de los actores más cotizados del panorama fílmico actual.
Bardem no se ha corrompido en Hollywood. No ha sacrificado su carrera en favor de papeles donde se cobre un suculento cheque (como sí ha hecho su querida compañera sentimental, la que todos llaman Pe) sólo por mantener su cara en el compendio cinematográfico americano del año. Javier se ha sacrificado y se ha entregado por cada papel que ha hecho. Incluso su dudoso rol en Come, Reza, Ama responde a la necesidad del actor de enriquecerse como actor, probar nuevas experiencias y trabajar con una de las grandes de Hollywood: Julia Roberts.
En Biutiful, el actor español realiza una de las mejores interpretaciones del año aún sin haber visto las demás películas que compiten a los grandes premios. Sin embargo, la ausencia de Bardem en los Globos de Oro es algo imperdonable. Muy bien lo han tenido que hacer Mark Wahlberg, Colin Firth, Ryan Gosling, James Franco y excuso hablar del pánfilo Jesse Eisenberg. Lo de los Globos de Oro ya es algo personal, aunque la nominación como Mejor Película Extranjera parece intentar salvar este caos que la prensa extranjera ha creado. Y todavía nos quedan por delante los Oscar.
En cuanto a Iñárritu, vuelve a demostrar su inimitable estilo. La lentitud de los planos, el detallismo y el estilo pseudo-documental son puntos a favor a la hora de calificar el positivo trabajo del mexicano detrás de la cámara. Como decimos, el guión sufre de algunas deficiencias en algunos aspectos, muy determinados, pero la falta de Guillermo Arriaga se suple con el gran trabajo de Bardem y con la habilidad manifiesta de Alejandro González Iñárritu. La manera de crear la atmósfera al comienzo de la trama y de finalizarla es una prueba concluyente de ese saber hacer cine del que tanta gente adolece hoy en día.
Sepa, si acude a las salas a ver Biutiful, que tiene dos opciones. La primera, quedarse dormido y perderse un espectáculo realista y un cuadro impresionista que le dejará con la boca abierta. La segunda, abrir los ojos todo lo que pueda y sumergirse en este viaje en compañía de Javier Bardem por los barrios más castigados de Barcelona y por los suburbios de nuestra propia existencia.
Yo, personalmente, le recomiendo encarecidamente la segunda opción. 

2 comentarios:

  1. Sin duda, una película de un realismo escalofriante, que retrata de forma contundente el drama del día a día de los inmigrantes que llegan a España con la idea de un futuro esperanzador y se encuentran con un panorama que no casa con sus sueños ideales.

    El señor Bardem cuaja una actuación que solo puede calificarse de sublime (y eso que, tal y como apunta el señor Marrón, desde Jamón-Jamón, a mí se me atragantó). Javier borda un papel que parece que está hecho para él. Sabe darle dos carices completamente diferentes a su personaje: El de padre abnegado, resignado a su triste final y el de luchador en pos de los trabajos de los inmigrantes (aunque llevándose su tajada) mostrando una cara mucho mas agresiva y dura.

    Aparte, Maricel Álvarez lo borda como mujer desequilibrada, "masajista" como dice ser ella, que disfruta de hacer completos a sus clientes y está sumida en un constante ejercicio de autodestrucción personal. Guillermo Estrella, el pequeño hijo de Bardem, hace un papel lleno de matices y muy veraz.

    Toda la película destila un aire de documental o de video de cámara oculta, rodado todo cámara en mano y con unos diálogos muy realistas y naturales, alejados de la guionización standart del cine actual.

    Sin duda, Bardem hace de Uxbal, su mejor papel junto con el de secundario en "Días Contados", dos de sus mejores interpretaciones a mi juicio.

    Jesús, Antonio, coloquen esta magnífica obra en el Top 5 del año de El cine que vivimos peligrosamente.

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  2. Gracias por tu comentario, señor Polo. Aprecio mucho tus palabras y es grato encontrar a alguien que comparte mi gusto por esta película imprescindible en este año 2010.
    Lo sentimos mucho por aquellos que o no la han entendido o no tienen sensibilidad.
    Buen aporte el de "Dias Contados", pero no te lo perdono xDD

    Un saludo!!

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