Crítica Pa Negre (Pan Negro); Herederos de una realidad insoportable

7/10

De vez en cuando llegan a nosotros verdaderas joyas que merece la pena ver. El cine es un placer para los sentidos. Y más cuando se tocan temas que se nos antojan cercanos. Alguien dijo en una ocasión que la Guerra Civil debería haberse considerado como un género propio dentro del cine español. Son centenares las cintas de directores de diversos estilos e índoles que han decidido mostrar sus propias, todas ellas respetables, visiones sobre un conflicto que ochenta años después sigue coleando en nuestra, supuestamente, madura sociedad.
Ni la llegada de la Democracia evitó el intento de olvido de tres años que marcaron a generaciones y generaciones de personas. Unas salieron del país obligadas, otras buscando una vida mejor lejos de un gobernante que no se prodigó en excesivas oportunidades. Otros ni siquiera tuvieron la oportunidad de hacerse oír y perecieron, víctimas de las iras de unos y otros. 
En medio de ese conflicto, donde dos bandos diferenciados ideológicamente se enfrentaron luchando en una cruenta guerra que trajo consigo miseria, pobreza, hambre, enfermedades y todo tipo de penurias, había hombres, mujeres, niños y ancianos obligados a luchar unos contra otros. La España rural sufrió especialmente los cambios políticos, económicos y sociales que acaecieron en aquella época. Y ese es el trasfondo de una película bella, que deja sensación de desazón recordando una guerra que jamás debió tener lugar. Pan Negro representa todo lo malo que legó aquel conflicto civil especialmente en la figura de los inocentes niños, pequeños que tuvieron que sacrificar su futuro y su educación en favor de un sistema político que pocas oportunidades les daba. Unos niños que perdieron su niñez, su infancia y algunos incluso su vida buscando a sus seres queridos, desaparecidos en combate o pereciendo a través del cañón de una pistola de algún innombrable alcalde o comandante de la "autoridad competente".
Pan Negro muestra la historia de unos niños que deben enfrentarse a su nueva realidad. No vemos el conflicto llamado Guerra Civil en toda la película. No vemos pistolas, cañones ni militares en tropa al estilo Ay Carmela. No vemos asaltos espectaculares al estilo del comienzo de Balada Triste de Trompeta, la contrincante técnica y psicológicamente de Pan Negro en la gala de los Goya del último año. En esta cinta vemos sufrimiento, vemos desaire, vemos rabia, ira. Unas sensaciones que se nos contagian a medida que va pasando el metraje. Observamos la realidad de las cárceles franquistas, de lo difícil que resultaba poder ir a visitar a alguno de tus seres amados. 
La banda sonora de José Manuel Pagán es simplemente maravillosa. Sus melodías acompañan a la perfección cada una de las sobrecogedoras secuencias que conforman la película. Y todo ello por no hablar de un guión basado en la novela de Emili Teixidor adaptada por el propio director, haciendo que su mano haya unido el libreto con la cámara. 
No podemos pasar por alto las interpretaciones de todos y cada uno de los actores que participan en el reparto. Desde Francesc Colomer, el niño protagonista y eje de la trama; la sufrida esposa y madre tutelada en la figura de Nora Navas; un ejemplar Roger Casamajor interpretando al cabeza de familia, sufridor de esas iras y tormentas procedentes de un Franquismo encarnado en el alcalde del pueblo maravillosamente interpretado por uno de nuestros más reputados actores, el catalán Sergi López, un auténtico valor a la hora de calificar la película. Sus escasas apariciones otorgan la elegancia y sobriedad necesaria a su complicado papel. Laia Marull o Eduard Fernández también contribuyen con sus interpretaciones a la confección de una película marcada por ese alimento destinado a los menos afortunados, ese pan negro con el que millones de personas en nuestro país tuvieron que sobrevivir hasta aguardar un futuro mejor que no terminaba de llegar.
En Pan Negro el director, Agustí Villaronga, demuestra su gusto por su trabajo y la elegancia a la hora de mostrar una realidad azarosa y con un número de espinas tan enorme que nos pincharíamos en cuanto tocásemos alguna. Son muchas las ramas que se han tocado en el cine relacionadas con el conflicto que asoló España desde 1936 y 1939. Muchos directores han tenido suerte y salieron airosos. Otros no tuvieron tanta suerte y le han llovido palos desde todos los lugares.
Villaronga ha triunfado con nueve premios Goya, muy por encima de mi apuesta personal del año, Balada Triste de Trompeta y otras cintas más que interesantes como Biutiful, Enterrado o También la Lluvia. Con 14 nominaciones, Villaronga resultó ser el triunfador de una gala marcada por los acontecimientos que llevaron a la renuncia de Álex de la Iglesia a la Academia de Cine y la Ley Sinde contra las descargas. 
Sin embargo, no puedo finalizar esta reseña sin hacer referencia a la ignorancia imperante en nuestra sociedad. Igualmente respetables son todas las opiniones. Pero hay gente que no argumenta más que con la intención de sangrar más las heridas y de abrir los resquicios sociales que parecían cerrados. No puedo poner punto y final sin hacer mención a esa monstruosidad de artículo que Intereconomía redactó despachándose a gusto y que lleva por título "Catalanismo y `lobby gay´: claves del triunfo de Pan Negro en los Goya." Aquí, un tal Santiago Mata argumenta que Pan Negro ha vencido en los Goya gracias a que España paga y Cataluña triunfa o que, directamente, se promociona la homosexualidad en la figura del director de la película, Agustí Villaronga. 
Todos sabemos como se las gasta Intereconomía y esa legión de viejos añorantes de una época que estamos intentando superar. No seré yo el que apoye a los catalanes ni a los homosexuales. Que cada cual haga lo que crea que debe hacer. Por lo que no voy a pasar es por el desprestigio ni por el insulto gratuito que esos carcamales de Intereconomía utilizan para dividir a un país con grietas ampliamente abiertas y que ellos serán los últimos en contribuir a cerrar.
Si todos nos unimos en favor del buen cine y argumentamos nuestras posiciones, a favor o en contra, les daremos una lección a los indeseables nostálgicos de esa cadena que viola cualquier derecho a la libertad tal y como la estamos deseando con tanta ansia. 

3 comentarios:

  1. Creo que el principal problema de esta película es que en algunos momentos la parte narrativa no está muy bien pulida y cuesta pillarla. Aún así es una grandísima película, que me encantaría ver de nuevo siempre que pueda. Eso sí, el doblaje español es sencillamente espantoso, lo peor del largometraje sin lugar a dudas.

    Es una historia que se debía contar y Agustí Villaronga lo ha hecho de una forma magistral. Aún así estoy algo cansada de las películas de la post-guerra y demás. Algo nuevo se agradecería.

    Gran trabajo. ¡Un saludo!

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  2. La tengo pendiente. Tras su goya me ha dejado inquieto y algo me dice que resulta y me guste...
    Un saludo.

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  3. EXCELENTE Y LES PARECERA ABSURDO, PERO LO QUE CREO QUE ESTÁ POR DEMÁS ES SOLO LA ESCENA INICIAL,DONDE LA VIOLENCIA HACIA EL CABALLITO ES MÁS QUE BRUTAL...SIMPLEMENTE NO ERA NECESARIA. O ¿ES EL PREAMBULO PARA LO QUE VAMOS A VER?. TUVE QUE PARARLA Y RECURRIR A LA RED PARA LEER CRÍTICAS, SINÓPSIS Y MÁS COMENTARIOS. LA BRUTALIDAD ANIMAL ES ALGO INSOPORTABLE PARA LA VISTA DE MUCHOS.

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