[Crítica] Sobran las palabras

6,5/10

James Gandolfini a escena. Nos hallamos ante la última película que rodó aquel astro de la televisión que nos embaucó con su Tony Soprano y contribuyó a cambiar una forma de ver la pequeña pantalla alejada de sus clásicos convencionalismos. El pasado 19 de junio su estrella se apagó dejándonos una innumerable lista de apariciones en el cine y la televisión por las que ser largamente recordado.
Su última cinta, Sobran las palabras, le coloca en un simpático papel de hombre maduro, enamoradizo, lo mejor de una cinta que se coloca como una de las típicas comedias indie norteamericanas que presupuesta Fox Searchlight cada año. Semanas atrás, El camino de vuelta supuso un nuevo hálito de espíritu independiente entre tanto blockbuster y récord de taquilla.
Sobran las palabras, escrita y dirigida por Nicole Holofcener (Sexo en Nueva York, A dos metros bajo tierra, Iluminada), es todo lo que una comedia de este estilo puede llegar a ser. Discreta, concisa, con buenas interpretaciones, sin pretensiones de ningún tipo y con actores de la casa. En esta ocasión es Toni Collette la que trabaja, por enésima vez, con la factoría menos comercial de Fox. 
La película transita por el siempre complicado dilema de la inmadurez y como la vemos desde diferentes prismas. Nosotros mismos al enfrentarnos a nuestros semejantes y los que tenemos alrededor a la hora de vernos en su propia perspectiva. Tan incisiva como superficial, Sobran las palabras nos ofrece otra lección sobre el amor en la edad adulta. Y sorprende una película así en una situación global en la que tendemos a fijarnos más en lo que le sucede a los jóvenes y sus teléfonos móviles así como las nuevas formas de encontrar pareja vía internet y fríos medios telemáticos. Aquí recuperamos las sensaciones de las primeras citas, de conocer a alguien en primera persona e ir navegando poco a poco, descubriendo a esa otra persona a quien has escogido para compartir grandes momentos de tu vida. 
Sobran las palabras no es vacía, es estimulante y llena de sentimiento. Se convertirá en carne de mitómanos al ser la última cinta, tristemente, que veremos de aquel animal de la pantalla llamado James Gandolfini. Pero también es una de las mejores interpretaciones de Julia-Louis Dreyfus, en quien recae el peso de la trama. Con un gran elenco de secundarios, la cinta está llamada a ser disfrutada sobremanera por quien decida acudir al cine, en su versión original, para dejarse sorprender.

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