Crítica El Castor; Su vida... en manos de una marioneta

6/10
Las difusas fronteras entre la comedia y el drama han sido explotadas tradicionalmente por el mundo de cine para confeccionar productos ambiguos y de una ironía demoledora que nos muestran lo patética que puede llegar a ser la existencia humana. El espectador se enfrenta, pues, a una realidad contradictoria a medio camino entre la risa cruel y la empatía ante el sufrimiento del personaje, que recurrentemente se decanta a favor de la comicidad más despiadada. Al fin y al cabo, todos nosotros tenemos un cierto componente tragicómico que tendemos a ocultar con arrogancia y demasiada dignidad.
Ciertamente, ver a Mel Gibson parloteando (o siento poseido) por una marioneta en forma de castor tiene su gracia, sin embargo, cuando este peculiar espectáculo de ventriloquía desvela el profundo drama subyacente de su personaje, inmerso en una depresión extrema que lo impulsa incluso al suicidio, la historia cobra una dimensión amarga difícil de digerir. De poco ayuda el ridículo constante al que se ve expuesto Walter Black en su vida cotidiana al interaccionar con las personas que lo rodean con un castor adosado a su mano derecha, el cual se muestra con una personalidad definida y autoritaria que llega a controlar el espíritu de quien lo porta.
Walter, en este sentido, no es más que un cuerpo inerte a través del que se expresa un desdoble de su personalidad surgida como reacción a la devastación moral que lo embarga y que lo impulsa a dejar de vivir. Incluso su familia se ha resignado a esta dura realidad lastrada durante años de ausencia; su mujer se resigna ante la paulatina pérdida de su marido, mientras que su hijo mayor lucha denodadamente por desterrar cualquier tipo de similitud con su conducta, persiguiendo un distanciamiento forzado que únicamente puede desembocar en el reencuentro.
El Castor es una película que, bajo su aparente intrascendencia, esconde una trágica historia de enorme dureza, veraz y emotiva al mismo tiempo, trufada de una desasosegante sensación de amargura únicamente aliviada por instantes de una comicidad sombría. Jodie Foster, directora y coprotagonista de la cinta, imprime un interesante estilo, fácilmente identificable con el cine 'indie' norteamericano, al desarrollo de una historia con un sencillo gusto por la descripción y la narración clásica. De hecho, el arranque y el acto final de la película están hilvanados por una voz en off narrativa que esboza someramente las claves maduradas en el relato.
Mención aparte precisa la interpretación de Mel Gibson, quien regresa a las pantallas tras la fallida Al Límite y con carácter previo a la realización de su última película como director, Vikings (protagonizada por Leonardo DiCaprio). El veterano actor (muy lejos de su etapa de gloria cinematográfica) compone un personaje extraño en su amplia filmografía al que dota de cierta autenticidad conjugando su vena dramática con momentos más frívolos, consiguiendo un resultado final apreciable por el riesgo adoptado. Walter Black es, sin duda alguna, uno de esos roles que requieren de un entrega absoluta por parte del actor, un hecho que dignifica a Gibson en un momento de su carrera en el que parece no ser necesario grandes alardes de temeridad.
El Castor supone, pues, un interesante e implacable acercamiento cinematográfico a la depresión psicológica no exento de errores (por ejemplo, el éxito empresarial fulgurante de la compañía de juguetes no es demasiado creíble) pero cimentada en una acertada narración y en el buen hacer de su elenco actoral, en el que también destacan los jóvenes Anton Yelchin (era el niño de Corazones en Atlántida) y Jennifer Lawrence (recientemente nominada al Oscar por Winter's Bone y promesa en ciernes de Hollywood).

2 comentarios:

  1. Hola Jesus
    La verdad es que no me llamaba nada la atención esta cita, pero después de tu crítica quizá me anima.
    Buen post.
    Desde la Ignorancia, Lucas Liz.

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  2. La pelicula resulta interesante, las actuaciones son buenas, destaca la del actor protagonista, rol muy diferente al que estamos acostumbrado a verlo, aqui demuestra que tiene una gran escuela, la puesta de la pelicula un poco floja, pero aun asi no deja de ser interesante y recomendable.

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