Películas Para Dos Vidas; Philadelphia

Estamos ante una de las obras maestras de nuestro tiempo. Cine absoluto, con mayúsculas, de ese que tanto echamos de menos cuando ahora vamos al cine. Una cinta infravalorada por la mayor parte de la sociedad pero que contiene los más claros contrapuntos de la bondad y la maldad del ser humano. Gracias a Philadelphia nos damos verdadera cuenta de en qué mundo nos estamos viviendo, un mundo controlado por seis o siete tiburones de las finanzas que no tienen en cuenta más que sus propios intereses dejando de lado el propio concepto de civilización, tan denostado en estos tiempos que corren. 
La película debe su nombre a la ciudad donde se firmó la Declaración de Independencia de Estados Unidos. Aquellos padres de la patria quisieron que Philadelphia se convirtiera en la ciudad del amor, de la bondad y del encuentro entre culturas y pueblos, muchos de ellos de diverso y heterogéneo origen. 
Estamos ante una de las más brutales interpretaciones de la Historia del Cine. Sorprende ver a un Tom Hanks cultivado en la más absoluta comedia (Esta Casa es Una Ruina, No Matarás al Vecino o Despedida de Soltero) interpretando de manera tan magistral y sublime a un enfermo de SIDA homosexual que es despedido vilmente de la empresa en la que trabaja. Películas como ésta son la prueba irrefutable que nos demuestra la versatilidad de los actores que más admiramos. Y Tom Hanks es todo un referente. Tanto cautivó su interpretación de Andrew Beckett que la Academia de Hollywood decidió premiarle con un merecido Oscar, uno de los pocos premios más bien concedidos en toda la Historia del Cine. Al año siguiente, Hanks volvería a triunfar con Forrest Gump, otorgándole de nuevo el Oscar por segundo año consecutivo, algo que sólo consiguió Spencer Tracy. Su interpretación dio a conocer al mundo la enfermedad del SIDA y su transmisión a través de diversos métodos nada seguros. Podemos decir que Philadelphia cambió el mundo que, unido a la muerte de Rock Hudson y Freddie Mercury, comenzó a hacerse preguntas y a investigar sobre qué era exactamente el síndrome de inmunodeficiencia adquirido.
Que Hanks es un gran actor no lo duda nadie. Sin embargo, no hay que olvidarse del elenco de actores que conforman las desventuras de nuestro protagonista. Su abogado, un Denzel Washington en estado de gracia, nos regala escenas y secuencias de una magnitud incalculable. La trascendencia de sus palabras abrió las puertas a millones de homosexuales afectados por la terrible enfermedad del SIDA y si a eso le sumamos que interpreta a un abogado de raza negra inmiscuyéndose en los asuntos de un bufete lleno de letrados ricachones blanquitos, no digamos más.
Y, ¿quién es el gran jefe de ese bufete tan indeseable y odioso? Pues nada más y nada menos que Jason Robards, otro de los grandes actores de la época dorada del cine. Quizás algo más desconocido pero con una carrera brillante que incluye títulos como Julia, Todos los Hombres del Presidente, Tora, Tora, Tora o Magnolia. Su papel de abogado sin escrúpulos que no tiene reparo en despedir a un hombre enfermo es, cuanto menos, sobrecogedor. Su enfrentamiento en la sala con Denzel Washington es de lo mejorcito de la película.
Pero no podemos olvidarnos de la sufrida madre del personaje de Hanks, una gran dama de la interpretación, esposa de Paul Newman y una de las actrices más respetadas de su tiempo. Joanne Woodward aparece poco en el metraje pero su emotiva presencia en todas y cada una de las secuencias que interpreta hacen saltar las lágrimas a cualquiera. Sin embargo, tampoco es de rigor no mencionar a nuestro Antonio Banderas en su segunda incursión en el cine norteamericano. Salvó los muebles con una interpretación sublime destrozada por su propio doblaje al español.
Si nada más comenzar la cinta, suena la canción Streets of Philadelphia a través de la desgarrada voz de Bruce Springsteen, es una señal de que estamos ante una absoluta masterpiece de su director, Jonathan Demme (El Silencio de los Corderos) con un libreto impresionante obra de Ron Nyswaner. 
Como es una cinta de obligado visionado y disfrute para todos los amantes del cine no pienso seguir desvelando ni desgranando ningún detalle de la película. Simplemente poner un fragmento de la película, aquel donde después de la veintena de veces que he visto Philadelphia, aún se me siguen saltando las lágrimas.


2 comentarios:

  1. Cada día me gusta más pasarme por este Blog, tanto por ti Antonio como por Jesús, me encanta la manera en que habláis de cine y cómo argumentáis cada una de vuestras opiniones. Hacéis un grandísimo trabajo, os felicito de verdad.

    Justamente hace muy poco hablé de esta película aquí, Tom Hanks es uno de mis actores preferidos y ver su interpretación en esta película no hizo más que acrecentar mi pasión por su cine y por este arte en general. Por películas como estas vale la pena hacerse aficionado al Séptimo Arte. Una obra de arte.

    También destacar, aunque ya lo has hecho tú, esa maravillosa Streets Of Philadelphia del principio, hay pocos autores hoy en día que tengan letras como Bruce Springsteen y me lo volvió a demostrar con "The Wrestler".

    Felicidades de nuevo ;D. ¡Un abrazo!

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  2. Excelente reseña. Y tienes toda la razón, una obra infravalorada, pero que esquematiza muy bien la sociedad de entonces. Hanks esta inigualable, al igual que el resto del elenco. Y la banda sonora tambien forma parte importante dentro del desarrollo de la cinta. Film de visionado obligatorio. Merece mucha mas repercusión de la que esta teniendo. Un saludo.

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