Series de Televisión; Treme... Welcome to New Orleans!

 9/10
Ya se siente; las trompetas cantan, el trombón gruñe y la trompa gime, el color y la música se mezclan en una vertiginosa espiral de ritmo y swing, estamos en Treme y lo vamos a pasar bien. Pues ni siquiera el más implacable de los huracanes o el más despiadado abandono del gobierno puede acallar el espíritu polifónico, multicultural y bullicioso de la legendaria Nueva Orleans, cuna irrenunciable del legado musical de los Estados Unidos; Jazz, Rithm' & Blues, Rock n´ Roll, Blues, Funk o Cajún combinados al son de los ritmos africanos, caribeños, indios, franceses y latinos para el más absoluto deleite de cualquier oído exigente o cuerpo atrevido. Ya se siente; hemos llegado, esto es el paraíso, Welcome to New Orleans!
El tiempo ha pasado pero los vestigios de la destrucción aún permanecen visibles. Lo que bien podría ser el paisaje decadente de una capital de país subdesarrollado si el skyline irregular de rascacielos no delatase su pertenencia al gran imperio económico mundial, corresponde a la ciudad sureña con más encanto de Estados Unidos y su denodada lucha por recobrar la normalidad tras el desastre desatado por el huracán Katrina en 2005, que sumergió el 85% de la urbe bajo el agua y provocó el éxodo apresurado de buena parte de su población.
Los ciudadanos de medio mundo asistieron atónitos al colapso televisado de una de las ciudades más emblemáticas de un país de apariencia omnipotente pero acuciado por las lacras consustanciales de la corrupción, la incompetencia política y la falta de solidaridad. Al fin y al cabo, la mayor parte de los residentes de Nueva Orleans eran afroamericanos caricaturizados por sus propios compatriotas como vagos y pendencieros que además votaban tradicionalmente a los demócratas. De ahí la parsimonia del señor Bush para paliar lo que era un tragedia previsible, así como para propiciar la rápida reconstrucción de la ciudad.
La nueva serie del laureado David Simon (The Wire, The Corner) nos traslada a ese lugar de reminiscencias funestas donde el olor a moho y humedad se mezcla con la putrefacción de los cuerpos aún no enterrados en una atmósfera inquietante de tintes postapocalípticos, cargada de una extraña energía decadente. La gente regresa paulatinamente a sus hogares (o lo que queda de ellos), recobra el ritmo de una cotidianeidad impostada, vuelve a la vida intentando obviar la herida supurante del pasado reciente; pero la mirada de cada uno de ellos apenas puede disfrazar el pesar arrastrado desde la tormenta, el dolor por la pérdida, el miedo que se apoderó de sus nervios ante la incertidumbre de su propia supervivencia, la indignación hacia aquellos que dicen ser sus representantes y que nada hicieron cuando la necesidad apremiaba. Nueva Orleans es una ciudad de espectros en vida a los que tan sólo la música puede amparar.
Los destinos de los personajes de este drama coral se entrecruzan en virtud a su relación con ella, un canal de conexión único e insólito a través del cual los sentimientos soterrados afloran con mayor facilidad, ya sea bajo la impetuosidad del trombón doliente de Antoine Batiste, las letras mordaces de Davis McAlary, el quejido delicado del violín de Annie, los cánticos espirituales de 'Big Chief' Lambreaux o la amalgama de trompas, saxos, guitarras, contrabajos y voces únicas que jalonan la trama de este tributo entregado a la música de New Orleans. Y es que en Treme, el mítico barrio negro de la ciudad, transitan de forma desordenada generaciones de prodigiosos solistas, cantantes legendarios y melómanos de todo el mundo atraídos por el ambiente excitante y espontáneo del lugar. Aquí todo emana ritmo y música en un ciclo sin fin cuyo momento cúlmen es el Mardi Gras (martes de carnaval), fecha trascendental para la vida de todos sus habitantes y auténtico punto de confluencia de los diferentes ejes argumentales de la serie.
El desfile de este año, sin embargo, se encuentra lastrado por la ausencia de muchos y el dolor de los que han regresado. El espíritu de fiesta y jolgorio rivaliza con el ánimo lúgubre que la destrucción ha sembrado en derredor. Un Mardi Gras extraño, desvaído, pero no por ello menos colorista y estimulante. La gente necesita del aire despreocupado de los desfiles, del sentimiento de comunidad en torno a las barbacoas, del goce de las bandas de la ciudad tocando y las tribus de indios marchando con su aire místico por las calle. Es imposible resistirse al magnetismo de este vórtice cultural cuando apenas puedes retener tus pies del ritmo eléctrico de los trombones.
Esto es Treme, la compleja crónica musical de una ciudad con luces y sombras, con dramas subyacentes y heridas abiertas, pero sobre las que emerge un espíritu irredento de pasárselo bien. La HBO lo ha vuelto a hacer; nos ha cautivado con este acertado retrato social de una época y un lugar determinados compuesto por retazos de vida interconectados a los que dan forma un extenso cúmulo de intérpretes brillantes encabezado por Khandi Alexander, Wendell Pierce y Rob Brown (todos ellos viejos conocidos de The Wire), así como otros nombres de referencia en Hollywood como Melissa Leo, John Goodman o Steve Zahn. Y por último, la música, la que mueve este mundo, la que expresa todo el amor, la incertidumbre, el gozo y el dolor del ser humano. Tan sólo disfruten de esta joya, véanla, escúchenla, siéntenla. 

Puedes escuchar toda la música de la serie en el siguiente podtcast de CadenaSer

1 comentario:

  1. Una de las mejores series que David Simon y HBO han hecho de eso no tengo la menor duda. Desde la primera hasta Treme última temporada la música será por mucho el fuerte de esta serie. Uno de los elementos que más se disfruta cuando ves esta historia. A mí me encantó.

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