VII Edición Festival de Cine Europeo de Sevilla

La crisis económica ha afectado por igual a diferentes ámbitos de la vida pública, y la cultura, como es de costumbre, ha sido uno de los flancos más débiles. Son tiempos complejos para el cine y, en concreto, para el circuito de festivales que pugnan por las cada vez más escasas obras de calidad. 
El Festival de Cine Europeo de Sevilla ha sabido, a lo largo de estas siete ediciones, labrarse un nicho bastante cómodo en medio de una competencia feroz que ha obligado a polarizar la oferta de certámenes. Curiosamente, el cine europeo no se había abordado antes como un todo, un cuerpo configurado por las fronteras en las que queda englobado, lo que ha posibilitado que Sevilla se erija como una cita ineludible en la agenda de productores, cineastas y espectadores, algo corroborado con el anuncio, cada año, de las nominaciones para los premios de la European Film Academy.
Esta edición, sin embargo, bien podría entenderse como un punto de inflexión en el acelerado desarrollo del Festival en años precedentes. El recorte de inversión ha incidido en la escasa afluencia de rostros conocidos extranjeros, a excepción del Premio de Honor Internacional Stephen Frears, algo muy en boga en todas las alfombras rojas de Europa. Más preocupante si cabe es la mediocridad en la que se ha instalado este año las propuestas de la Sección Oficial (excepto la excelente En un mundo mejor de Susanne Bier, la cual reseñaremos de forma inminente), así como de las secciones paralelas. La pregunta es, si realmente los responsables de programación del Festival han aplicado un criterio de selección cuanto menos discutible, o si, por el contrario, la producción europea se ha estancado este año de forma peligrosa. Lo cierto es que, tras visionar una parte de la películas proyectadas, la séptima edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla deja un regusto amargo sólo salvado por algunos proyectos interesantes. El hastío y el aburrimiento han sido las notas predominantes de un certamen que baja el telón en dos días a la espera del palmarés, el cual esperemos imparta justicia y salve las últimas credenciales de una edición mejorable. A continuación, una breve reseña de algunas de las películas vistas. 

Tamara Drewe 6/10
Pocas formas más atractivas se nos ocurren para dar inicio a esta séptima edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla que con una comedia británica de humor negro y refinado filmada por el veterano Stephen Frears, Premio de Honor Internacional de este año. Tamara Drewe, la película que ha inaugurado el certamen aprovechando la presencia del realizador británico en la ciudad hispalense, ha supuesto un agradable entretenimiento, además de una sopresa mayúscula a tenor de la habitual densidad de las propuestas exhibidas
Su nueva película, Tamara Drewe, se inscribe en una última tendencia en su carrera basada en la liviandad de sus planteamientos, como ya hiciera en Mrs. Henderson presenta o Cheri, en esta ocasión como excusa para desatar toda su socarronería algo malévola en una comedia que nos traslada a la apacible campiña inglesa. El humor negro británico es siempre bienvenido, especialmente porque supone un contrapunto necesario a la comicidad un tanto exagerada de sus hermanos norteamericanos. Se suscita la risa con situaciones que bien podrían llevar al llanto o, cuando menos, a la preocupación más absoluta. Sin embargo, el público disfruta, de forma un poco cruel, de los continuos infortunios que los protagonistas sufren. Y, de hecho, ahí se encuentra la agudeza. Frears, en su nueva película, la alcanza con suma facilidad, aunque en algunas ocasiones se perciba una cierta desorientación en el desarrollo de la trama. 
Tamara Drewe es una entretenia comedia que hace pasar un buen rato, aunque su final demasiado negro y su duración excesiva reste un poco de valor al conjunto.

Ondine 5/10
Ondine es una película irlandesa del afamado director Neil Jordan, responsable de cintas como Entrevista con el vampiro, Michael Collins o La extraña que hay en tí; protagonizada por el actor también irlandés Colin Farrell, quien ya presentó en la pasada edición del Festival de Sevilla Triage, de Danis Tanovic. En esta ocasión, Farrell interpreta a un pescador ex alcohólico y marginado que un día cualquiera saca del mar a una mujer entre sus redes, con el consecuente impacto y las conjeturas (es clara la identificación de la chica conuna sirena) que ello provoca. A partir de ahí, la trama se desarrolla a medio camino entre el cuento de hadas y cierto realismo descarnado que nunca llega a conjugar a la perfección. 
Finalmente, Jordan opta por la vía del cuento con final feliz sin dejar demasiado claro cómo hemos llegado hasta ese punto. Una propuesta, pues, fallida aunque relativamente disfrutable que además nos regala la sólida interpretación de la sirena en cuestión, Alicja Bachleda- Curus.

                                                                                    El extraño caso de Angélica 1/10
El extraño caso de Angélica venía legitimada por la larga trayectoría del director en activo más anciano del mundo, el portugués de 102 años Manoel de Oliveira. Con 32 películas filmadas, Oliveira ha alcanzado un status de cierta preeminencia en el panorama internacional de festivales, con una nutrida legión de incondicionales que aman su particular modo de concebir el cine. No en vano, El extraño caso de Angélica participó en la Sección Oficial de la pasada edición del Festival de Cannes cosechando buenas críticas y ensalzando la poderosa vitalidad de su responsable.
No obstante, paraa los humildes espectadores del Festival de Sevilla, una propuesta como El extraño caso de Angélica ha supuesto más una tediosa e insostenible lucha por no caer en el sueño más profundo que el supuesto poema sutil y conmovedor que muchos ven en los interminables planos estáticos y el surrealismo de una trama que entra en clara confrontación con la razón humana.
                                                                                    
                                                                                   
Besa 7/10
La película serbia Besa nos narra una interesante y profunda historia ambientada en la I Guerra Mundial, aunque desde la perspectiva de la retaguardia, donde el tronar de los disparos y cañones dejan paso al hambre, la inseguridad y la incertidumbre que sufren las mujeres huérfanas de sus maridos y familiares. Lea es una de esas mujeres que quedan solas tras la partida a la guerra de su marido Filip, el director de una escuela de una pequeña población serbia. Éste, antes de marcharse, confía la seguridad de su esposa a un albanés taciturno a través de un juramento denominado 'besa', por el que el vasallo deberá proteger con su vida a la muchacha. 
La película Srdjan Karanovic se desarrolla con ritmo pausado, lleno de matices y conjugando a la perfección momentos de cierta comicidad derivados del caracter intransigente del albanés, con otros de evidente dramatismo suscitados por la difícil situación de la retaguardia. Así, lentamente, la relación entre Lea y Azem va ahondando en un aprecio y respeto mutuo que desemboca en un amor velado, prohibido y condenado a permanecer oculto para siempre. Una cinta muy recomendable para espectadores pacientes y amantes de los detalles y matices, que disfrutará con una trama bien construida y genialmente interpretada por sus dos actores principales.
                                                                                    Mr.Nice 5/10                                                                                    
La expectación suscitada en torno a la película británica Mr.Nice era notoria desde semanas antes de que comenzase el Festival. La participación de los actores españoles Luis Tosar y Elsa Pataky ayudó en gran medida a dicho interés, a pesar de la brevedad de sus apariciones en patalla, ambos incluídos asimismo en un atractivo elenco de actores británicos de la talla de Rhys Ifans o David Threwlis. Sin embargo, su director, Bernard Rose, no despertaba precisamente esperanzas, algo que se ha visto corroborado en el producto final, una  película confusa, mal escrita y caóticamente dirigida, desprovista de la continuidad que cualquier autobiografía precisa para el seguimiento idóneo del público. 
Y es una verdadera lástima a tenor de la potencialidad de la historia que cuenta; la extraordinaria vida del traficante de drogas Howard Marks, un escurridizo y hábil negociador que llegó a entablar relaciones con instituciones tan dispares como el IRA, la CIA o el M16, utilizando sus asombrosas dotes para el engaño, la traición o la escapatoria. Pocas tramas basadas en hechos reales (esta toma como referencia la propia autobiografía de Marks, publicada en 1996) contienen en sí mismas elementos tan diversos y atractivos para conformar un entretenimiento eficaz y ocurrente; drogas, sexo, estafas, juicios, amor y tragedia. 
Sin embargo, la película de Rose nunca llega a alcanzar el tono que la eleve más allá de la anárquica consecución de circunstancias. Mr. Nice deja ese poso agridulce de la gran película que podría haber sido y nunca fue. 

The Aviatrix of Kazbek 2/10
The Aviatrix of Kazbez es una cinta holandesa que filma Ineke Smits y que nos traslada a un solitario paraje del país bajo al final de la II Guerra mundial. La película sorprende desde el primer momento, desconcierta al espectador y lo sitúa en una compleja situación donde no es posible agarrarse a ninguna premisa o pacto con la ficción. Finalmente, el hartazgo y la irritación son los sentimientos que sobresalen ante una propuesta extraña que difícilmente tendrá recorrido más allá de los festivales a los que puede acudir.

Chicas 2/10
La afamada dramaturga francesa Yasmina Reza ha patinado de forma flagrante en su primera incursión en el mundo del cine. Chicas fracasa estrepitosamente tanto en el aspecto formal como en la obstusa e irritante historia que se fuerza en narrar sin el más mínimo ápice de coherencia. Y lo hace a pesar del notable reparto que da vida a los exasperados personajes de la trama, desde el veterano y siempre correcto André Dussolier hasta la sensual Emmanuelle Seigner (cómo olvidar ese sugerente juego de seducción con Peter Coyote en Lunas de Hiel), pasando por la española Carmen Maura, verdadero vértice sobre el que se compone la película. 

                                                                                    


                                                                                    De dioses y hombres 6/10
De dioses y hombres, la película nominada a los European Film Academy y ganadora del Gran Premio del Jurado en Cannes, nos trasladó a un remoto monasterio del Atlas donde ocho monjes resisten los embites de la realidad circundante con el sosiego que el lugar parece emanar. La cinta, aunque comedida y extremadamente contemplativa, nos dejó algunos momentos de verdadero buen cine apoyado por unas interpretaciones excepcionales, encabezadas por Lambert Wilson y Michael Lonsdale.



Armadillo 5/10
También pudo visionarse ayer el documental danés Armadillo, un interesante relato del sinsentido de la guerra y la difícil posición de esos peones invisibles, los soldados, en un juego de intereses que a ninguno de ellos incumbe. Su director, Janus Metz, sembró la
polémica en Dinamarca por esta propuesta sin concesiones que únicamente pretende hacer notar la desorientación de esos jóvenes que acuden a la guerra sin una idea exacta de lo que allí se juega. Las ansias de aventuras o la exhaltación del espíritu de equipo parecen ser sus motivaciones. Lo realmente triste es que sus vidas quedan truncadas para siempre por el horror presenciado. Todos, al fin, vuelven al lugar al que nunca debieron acudir.

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