INCLASIFICABLE
Se necesitan ganas de cachondeo para rodar una película de este calibre. Se necesita poca vergüenza y necesidad de reírse de una de las sagas más exitosas de la Historia del Cine. Falta le hacía al omnipresente James Bond que alguien se riera de él. No hubo que esperar mucho ya que Dr. No se estrenó en 1962 y cinco años después, un reparto como pocas veces veremos en el cine, se mofaba del personaje que popularizó Sean Connery y que tantos éxitos le dio a United Artists.
A medida que avanza la película, vamos teniendo la sensación de que los directores de la cinta (cinco nada menos, entre los que contamos a John Huston, Robert Parrish o Val Guest) en vez de reírse de Bond, se están cachondeando de nosotros. Con unos diálogos auténticamente desatrosos y unas interpretaciones realmente dignas de olvido, Casino Royale es uno de los bodrios más tremendos de la Cinematografía de no ser por una razón. Nadie pretendía que fuese una gran película sino una ironía acerca del machismo preponderante y los buenos "quehaceres" del personaje de Connery que posteriormente y resistiendo el paso del tiempo y los efectos de esta película se encargaron de completar George Lazenby, Roger Moore, Timothy Dalton, Pierce Brosnan y Daniel Craig. Éste último incurrió en la saga Bond precisamente con una película homónima a la que nos toca en esta crítica.
Con persecuciones dignas de las mejores películas de Steve McQueen combinadas con escenas totalmente surrealistas, Casino Royale es objeto de alguna que otra aclaración. La primera de ellas es que usted no debe ponerse delante de esta proyección si no conoce a fondo la saga, verdadera por supuesto, de James Bond. Es imprescindible saber que Manipenny se corresponde con Mrs. Moneypenny, la eterna novia de Bond y plañidera desconsolada en caso de muerte amén de identificar el proyecto SMERSH con el malvado Telly Savalas en Al Servicio Secreto de Su Majestad. Deberá saber que el James Bond retratado por su protagonista, el gran David Niven, es tartamudo. Ferozmente se intenta ironizar acerca de la idea del hombre perfecto que se propaga desde las películas basadas en los libros de Ian Fleming que, como digo, tanto éxito tuvieron.
En esta cinta resulta que hasta James Bond tiene familia. Y es que su sobrino, Jimmy Bond, interpretado por Woody Allen es uno de los puntos más exquisitos de una película que a medida que pasan los minutos deja más que desear. Aunque segundo tras segundo, Casino Royale se hace más absurda, es imposible siquiera acordarse de que en el mando a distancia existe un botón que pone STOP y que sirve para detener la reproducción. El erotismo exacerbado combinado con chistes de corte machista son la nota dominante de buena parte de la película que cuenta con uno de los repartos más espectaculares de la Historia: David Niven, Peter Sellers, Ursula Andress (vista en la primera de las películas de la saga Bond en una de las escenas más conocidas), Woody Allen, Orson Welles, Deborah Kerr, William Holden, Peter O´Toole, Jean Paul Belmondo o John Huston.
Algo que también resulta sorprendente es que aquí James Bond es sir, es decir, posee un título nobiliario que se le suele otorgar a aquellos británicos que realizan alguna acción que merezca ser reconocida en nombre del Reino Unido. Por tanto, entendemos que este Sir James Bond ya retirado, interpretado por Niven, ha hecho algo digno de mención. Más que el verdadero Bond, más que el ídolo de masas al que todas las mujeres adoran en la saga paralela.
Algún día recuperaremos las películas de Bond, auténticas joyas cinematográficas todas ellas y verdaderos objetos de estudio. No pierda el tiempo y comience con Sean Connery. Termine con Daniel Craig (excepto la última) y después contemple esta película.
Quizá lo único destacable de la película sea la canción con la que, al más puro estilo de las verdaderas películas Bond, se abre la película. Yo, que he crecido con las películas de Bond en VHS y me se cada una de ellas, no puedo más que reirme aunque no a carcajadas de esta parodia que no le hizo ningún daño a una saga que se consolidó con el paso de los años.
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