Crítica Two Lovers; La gris (y falsa) despedida de Joaquin Phoenix

6/10


Estrenada hace dos años en Estados Unidos, Two Lovers llega ahora a España con el impulso que confiere la polémica ligada a Joaquin Phoenix y el falso documental que próximamente se difundirá (previsiblemente en los cines) acerca del extraño periodo por el que este ha discurrido recientemente. Para aquellos que desconozcan la historia completa, valga decir que Phoenix anunció su retirada del mundo cinematográfico, precisamente con esta película que hoy comentamos, para dedicarse en cuerpo y alma a la música, más concretamente al hip hop, algo que, si bien sorprendió a muchos, no sería nada comparado con el revuelo suscitado por su actitud en público.

El ex actor comenzó a aparecer en programas de televisión, fiestas y actos varios con melena, una barba considerable y gafas de sol, hablando con un lenguaje apenas comprensible y muestras evidentes de estar bajo los efectos de algún tipo de narcotizante (un fantástico ejemplo de ello fue la entrevista concedida a David Letterman que podéis visionar aquí).

Las especulaciones acerca de la caída en desgracia de Phoenix no tardaron en despuntar, más aun cuando llegaron al público sus primeros ‘conciertos’ de hip hop, francamente lamentables. No obstante, hace apenas una semana, la controvertida actitud del actor encontró su razón de ser en el falso documental que ha dirigido su cuñado y amigo Casey Affleck acerca de la vida de Phoenix, titulado I’m still here; the lost year of Joaquin Phoenix, el cual promete añadir más mordiente a la historia ya que se rumorea contiene escenas sexuales explícitas, episodios violentos y revelaciones comprometidas. La duda acerca de la veracidad del documental, así como de la intención descarada del actor de versionar su propia vida interpretando el papel de perturbado del que ha hecho gala, se resolverá, o eso esperamos, con las primeras imágenes de la cinta.

Más allá de las desventuras de Joaquin Phoenix, Two Lovers nos sitúa en la periferia gris de Nueva York, en uno de los anodinos bloques de viviendas que ocupan el horizonte de la Gran Manzana, donde un hombre torturado, manifiestamente bipolar, e inseguro vive bajo la opresiva supervisión de sus padres, temerosos de que su hijo vuelva a reincidir en sus intentos de suicidio suscitados a raíz de la ruptura con su prometida. El personaje interpretado por Phoenix vagabundea en la desesperanza y el sin sentido de una existencia vacua, sin ningún tipo de aliciente que lo rescate de la pesadumbre en la que lo instaló el desamor. Hasta que dos mujeres totalmente antagónicas irrumpen en su vida.

La presencia de Sandra, una joven vitalista que conoce a instancias de sus padres, le dota de seguridad y confianza en un futuro plácido y feliz, sin embargo será la misteriosa Michelle, una nueva vecina a la que conoce de forma inesperada, quien lo atraiga a un nuevo bucle de frustración y ciego desenfreno al que queda enganchado sin remisión, aun sabiendo que ésta mantiene una relación con un poderoso abogado que le promete una y otra vez que dejaría todo por ella. Un hombre perdido, pues, entre dos mujeres que le confieren sensaciones opuestas, debatiéndose en la tradicional dicotomía entre el riesgo y las emociones fuertes y el sosiego de un amor limpio (ello nos recuerda la brillante película de Woody Allen Match Point).

Two Lovers se erige así en un melodrama oscuro tratado con una sobriedad aplastante y un uso consciente de la claustrofobia cinematográfica que deriva de la mente y las acciones de su personaje. Su director, James Gray (La noche es nuestra), nos conduce a territorios aborrecibles y deprimentes del ser humano sobre los que surge inesperadamente el amor en un claro intento por contar de forma diferente una historia relativamente convencional. El resultado es una película interesante, intencionadamente aburrida, gris en su planteamiento y ejecución, aunque interpretada brillantemente por Phoenix, ideal en los roles de persona traumatizada, cínica y algo perturbada. Desgraciadamente, no podemos decir lo mismo de Gwyneth Paltrow, una actriz decididamente acabada desde hace ya algo más de diez años, cuando consiguió el Oscar por Shakespeare Enamorado.

Así pues, película de cierta originalidad en su tratamiento del tema que alcanza su plenitud en un final bastante bueno. No obstante, Two Lovers deja un poso de duda bastante inquietante; y es que parece más que probable que sin la figura de Joaquin Phoenix dando vida a Leonard, la cinta no se hubiese pasado de la mediocridad más absoluta.


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