Crítica Crazy, Stupid, Love; El regreso de la mejor comedia americana

7,5/10

Posiblemente estemos asistiendo a la mejor comedia americana del año. Me alegra mucho, y lo promulgo a los cuatro vientos, haber encontrado una cinta de este género afín con mis peticiones en el complicado mundo de la comedia norteamericana actual. Lejos parece quedar el paradigma de este siglo XXI, Resacón en Las Vegas, aunque Crazy, Stupid, Love no tenga absolutamente nada que ver. Quizás ahí radique su encanto. Tendemos a elevar a los altares a la comedia que triunfó hace algunos años en la que un grupo de hombres iban a celebrar una despedida de soltero a Las Vegas y volvían con una serie de consecuencias a cual más hilarante. Aquello dio una vuelta de tuerca al género cómico americano. Sin embargo, tanto su secuela como toda la legión de chorradas que han ido saliendo desde aquel año no han hecho más que denostar por completo a la gloriosa comedia americana que nació y triunfó de la mano de Spencer Tracy y Katharine Hepburn o Cary Grant y James Stewart o Jack Lemmon y Walther Matthau en la época clásica o, por el contrario, y con más actualidad a las paradigmáticas películas de, por ejemplo, Julia Roberts.
Si cintas como Bad Teacher, Con Derecho a Roce, Resacón 2 o La Boda de Mi Mejor Amiga representan lo peor de la comedia americana del último semestre, con Crazy, Stupid, Love encontraremos una suerte de redención a la que asistiremos más que encantados. La película de Glenn Ficarra y John Requa no busca mediante el uso del lenguaje vulgar, socialmente aceptado, para encontrar el éxito. Se buscan situaciones reales donde los maridos engañados tenemos la cara de Steve Carell, las mujeres infieles poseen el rostro de Julianne Moore o los auténticos ligones poseemos las facciones de un Ryan Gosling realmente sorprendente. Con secuencias plagadas de diversión y risas, esta película apuesta por una buena radiografía de nuestra condición amorosa jugando con las formas de hablar, de vestir, de ligar, la filosofía de vida, el trabajo, los niños y el sexo.
Crazy, Stupid, Love visita las mejores muestras de amor y desamor del ser humano para conjugarlas y relacionarlas unas con otras. Diálogos mordaces, sinceros inundan el metraje mientras asistimos a unas buenas lecciones de interpretaciones de buena comedia americana llevadas a la praxis por el gran Steve Carell (al que recordamos por Virgen a los 40 o Noche Loca, por no hablar de su magnífico papel en la serie The Office), Julianne Moore, Ryan Gosling (en una interpretación que baila entre el mejor Will Smith en Hitch y el más seductor George Clooney), Emma Stone, Marisa Tomei o Kevin Bacon, en unos papeles muy circunstanciales pero no por ello menos importantes para el desarrollo de la trama. En Crazy, Stupid, Love nos podremos ver identificados en cualquiera de los personajes. Nuestra evolución psicológica con respecto al amor encuentra su sino en la interpretación de los protagonistas, los cuales adaptan al cine la realidad del día a día de millones de personas y sus complicadas relaciones con el sentimiento más hermoso del ser humano: el amor, algo tan loco como estúpido pero tremendamente necesario para sobrevivir. Las personas, en ocasiones, nos enamoramos de quien no debemos y eso nos lleva a comportarnos de una manera que no demuestra en absoluto nuestra verdadera forma de ser. Adolescentes se confunden con adultos, mujeres, hombres y viceversa (parafraseando el título de aquel infame programa de Telecinco, que me perdone el lector). Por si fuera poco y para delicia de los morbosos, encontramos una incidental y casual referencia al recientemente fallecido Steve Jobs, al que se recuerda por sus zapatillas de deporte y su vestimenta característica en las presentaciones de los productos de Apple.
Alguien dijo, en referencia al resultado final de la película, que es una de esas que se olvidan cuando llegan las grandes entregas de premios. Yo, después de ver Crazy, Stupid, Love, confío en el buen criterio de aquellas mentes lúcidas de las grandes academias del cine para que la buena comedia americana vuelva a tener su trono en la cinematografía y se consiga invertir más en este tipo de obras más que en aquellas cuyo único objetivo es animalizar a cien personas en una sala de cine y convertirnos en seres más salidos que el pico de una plancha.

1 comentario:

  1. ¡Qué gran crítica Antonio! Me ha encantado, me hubiese gustado ir al cine el día de su estreno pero aún no es tarde para disfrutarla. Es la comedia a la que más ganas he tenido desde que comenzó el año, puede ser por Steve Carell o por esa idea que tanto me atrae. Lo cierto es que sé que lo pasaré en grande con ella, y con tu crítica no me cabe duda, ¡fantástica!

    Un abrazo.

    ResponderEliminar