Crítica Un Juego de Inteligencia; Crueldad televisiva


6/10

Free Rainer es una cinta rodada en 2007 y ya estrenada en DVD en Alemania que ahora aterriza en las pantallas de nuestro país. Interpretada con gran maestría por uno de los grandes actores de la Alemania actual, mi admirado Moritz Bleibtreu, cuenta la historia de un productor televisivo de "televisión basura" que inicia una cruzada para intentar terminar con los contenidos fraudulentos de la televisión de su país, a la que él mismo ha contribuido a idiotizar.
Se culpa a sí mismo de la falta de cultura en la televisión y de que los contenidos basura cada día son más y más vistos en todo tipo de lugares y por todo tipo de público, incluyendo niños. Así, Rainer, nuestro protagonista, sufre un día un accidente de tráfico que le cambiará la vida. La mujer que se estrella contra él intencionadamente es nieta de un hombre que sufrió las iras de todo el país tras la emisión de un reportaje injurioso que el propio Rainer produjo. Ella busca venganza y clama su ira contra él.
A partir de ese momento, se inicia en la película un falso tono de documental mezclado con un aire de protesta más que notable contra ese mundo televisivo que está comiendo la poca inteligencia que ya queda en la sociedad. A medida que va avanzando el metraje nos vamos enterando de algo muy importante: la medición de las audiencias. Un proceso pseudo-científico que nos demuestra que lo que vemos no es lo que se corresponde con la realidad. Y todo ello gracias al dato de que, por ejemplo, en Alemania, hay muy pocas personas que posean en sus casas un audímetro. La cifra que una mujer o un hombre representa asciende a 15.000 personas. No sólo en Alemania, sino en todo el mundo es este método el imperante a la hora de saber qué programas son los más vistos. Se teje la programación de un país en base a lo que ven en un hogar medio, una familia cualquiera a distintas horas del día.
La película sirve como manifestación de protesta ante la falta de televisión de calidad que eduque a todos los espectadores de cualquier edad. Un Juego de Inteligencia sale tres años después de su rodaje y presentación en el Festival de Cine de San Sebastián. Hubo críticos que la tildaron de "manipuladora" y "falsa" pero tuvo ciertos adeptos que encontraron en ella un salvoconducto para seguir protestando contra el sistema televisivo actual, tan sumamente devaluado. Sin embargo, muchos criticaron lo exagerado de su planteamiento. Y es que Hans Weingarten (director de Los Edukadores) hizo que la protesta contra el sistema empezara desde dentro. Y puso al personaje de Bleibtreu, un productor creador de esa televisión vomitiva, a intentar darse cuenta de que algo no iba bien en esos programas basados en conocer los saltos de cama de los famosos, estúpidos reality-show o programas con escasa credibilidad en sus planteamientos (no olvidemos el programa de fecundación que nos sirve de ejemplo al comienzo de la película).
En España, los audímetros son escandalosos. Programas del corazón y falsos magazines se llevan todos los días ingentes datos de espectadores y cuota de pantalla. La realidad de la televisión es inquietante. Estamos asediados por toda una red de contenidos estúpidos e imbéciles conducidos por ineptos que dejan a los verdaderos profesionales en la calle o siendo víctimas de los expedientes de regulación de empleo. Y que alguien me diga lo contrario.
La película es interesante. No llega a ser buena debido a que el guión se pierde en muchos lugares de la película. Hay historias que no terminan de cuajar e incluso se llega a sacrificar ciertos aspectos de la trama principal. Algunas partes están rodadas con cámara en mano y otras en fijo, distrayendo al espectador. Sin embargo, por la temática, la película resulta más que un goce para todos aquellos que, como el que escribe, pensamos que la televisión ha tocado fondo y ya no puede caer más bajo. Me gustaría que alguien me hablase bien de toda esa clase de programas y así iniciar un debate. Sería bonito e interesante.
Sería un juego de inteligencia.

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