Crítica Kill Bill Vol.1; Imposible...

8/10

... no haber visto esta película o no tenerla en casa para disfrutarla en cualquier momento. Imposible no detenerse ante el fantástico papel de Uma Thurman en la piel de una novia que decide vengarse de todos los que intentaron matarla el día de su boda. Su pertenencia a un escuadrón asesino asegura las dosis de acción y artes marciales necesarios para disfrutar con una de las sensaciones de esta última década. Una cinta apabullantemente desprestigiada por los "críticos de folletín" que no aprecian ni valoran un buen producto. Se ha dicho de todo acerca de Kill Bill. Desde que es un producto vacío o hueco hasta que "posee todo lo peor de Tarantino". Uno de ellos es Carlos Boyero, ese crítico que pone de vuelta y media cintas realmente ensalzables así como a directores que hacen su trabajo y nos regalan películas con sello propio, que últimamente echamos mucho de menos en favor de tonterías comerciales con párrafos y párrafos de estupideces o con excesivo abuso del ordenador, él último "gran amigo del hombre". Ciertamente, el tratamiento que Quentin Tarantino le da a los personajes no es el mejor. No conocemos a "La Novia Ensangrentada" a fondo, ni tan siquiera sabemos su historia completa. Para eso, ya me supongo yo, que está la segunda parte así como la tercera (prometida por Tarantino para el 2014). Si quisiéramos saber algo más de la psique de todos los personajes, Miramax hubiera llamado a Julio Médem.
A pesar de todas estas críticas de supuestos "expertos" que parece que sólo han visto una sola película del bueno de Quentin, Pulp Fiction, les guste o no Kill Bill es una maravilla visual así como una muestra del buen hacer y del estilo de un director único. Ensimismado se queda el espectador en la secuencia que nos cuenta la historia de O-Ren, creada con dibujos animados basados enteramente en el estilo japonés llamado Anime. Sobrecogedora escena que nos cuenta con una crudeza inimaginable pero a la par real (la Yakuza actúa de una manera similar) la infancia de una niña marcada para siempre. También tenemos referencias a uno de los grandes maestros de este tipo de cine japonés y todo un referente cultural, filosófico y cinematográfico: Bruce Lee. El mono amarillo de Thurman es una copia exacta del que Lee luce en Juego con la Muerte. Durante toda la película, las referencias a Lee son constantes.
Cierto es que la cantidad de sangre utilizada por Tarantino sobrepasa lo imaginable y que, científicamente, es imposible que un cuerpo sea cercenado por una katana. Pero la imaginación del director puede más que todo eso. Kill Bill no pretende ser una historia real ni un documental sobre medicina y glóbulos rojos. Pretende ser la historia de una venganza sirviéndose de un homenaje a ciertos rasgos de la cultura japonesa. La incursión en la trama de Hattori Hanzo, personaje basado en un ninja de una gran historia épica japonesa es uno de los aciertos de Tarantino al plasmar etiquetas en la película.
Otra gran apuesta es la banda sonora. Con temas realmente inolvidables y que ya están en nuestra vida cotidiana. El silbido, la ocarina, el tema Bang Bang de Nancy Sinatra o la musiquilla de la serie Ironside, realizada en 1967 sobre un detective en silla de ruedas. Temas fantásticos que acompañan a la perfección a una gran película.
Como no todo van a ser elogios, he de decir que me sobró cierta "ida de olla" en la escena de la batalla de los 88 maníacos, donde el director hace luchar a Uma Thurman contra 88 tíos con demasiadas ganas de sangre en una escena lejana a cualquier intento de Tarantino de permanecer con los pies en la Tierra.
Pero esto no afea una película que mantiene el estilo inimitable de un director, que al igual que Woody Allen, utiliza siempre la misma tipografía para todos sus títulos de crédito y la división de la película por capítulos, algo que a mi me encanta y me otorga un ritmo diferente a la hora de seguir el metraje.
No me puedo olvidar de las palabras del Señor Boyero:

"A mi me aburre un montón, me carga, me irrita. Creo que Tarantino no tiene nada que contar. Que mis colegas la califiquen de gran cine me parece un disparate. Acabo de katanas y de sangre hasta los huevos. Que los grandes amores de Tarantino sean el spaguetti-western y el cine de Kun-Fu es aclaratorio sobre el descerebramiento de este señor tan moderno y tan brillante"

Y se queda tan a gusto.

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