Películas para dos vidas; Amadeus

9/10


Deliciosa adaptación de la vida de Mozart narrada con maestría por un director con sello propio visto en cintas como Alguien Voló Sobre el Nido del Cuco, Hair, El Escándalo de Larry Flint o Man on the Moon. En esta ocasión, y avalada por la nada desdeñable cifra de 8 Oscars, este apasionado cinéfilo os presenta Amadeus, una auténtica obra maestra sobre la vida del genial músico austriaco narrada a través de los ojos del que se consideró durante muchos años la causa de su muerte: Antonio Salieri.
Interpretada por F. Murray Abraham, ganador del Oscar y un veterano intérprete procedente de las filas del Actor´s Studio, la construcción de Salieri que hace el actor resulta tremendamente apetecible. Comienza la película en un asilo y, ya anciano, asistimos al comienzo de la trama de su mano. Él es nuestro guía en una serie de acontecimientos que harán que el final de uno de los músicos más grandes de la Europa del siglo XVII sea inevitablemente culpa suya. Y es que durante muchos años circularon miles de leyendas acerca de la muerte de Mozart. La más aceptada fue aquella que el director nos retrata en la película. Salieri, entregado a Dios, al emperador José II y a la música de la corte, es el artífice del decaimiento que sufre el joven músico de Salzburgo a los 36 años. Los celos le llevan a intentar acabar con su vida sin dejar huella. Salieri, cuenta la leyenda, se disfrazó de un conde viudo y se presentó en casa de Mozart. Allí, le encargó que escribiera una misa de réquiem para su esposa fallecida. El músico, disfrazado, le exhortaba a que terminase la pieza cuanto antes y Mozart acabó sucumbiendo ante el cansancio, las fiebres y las pesadillas que hicieron que su vida llegase al final prematuramente. Durante años, la leyenda siguió siendo cierta. La espectacular misa de Réquiem no logró ser atribuida a Salieri, para su colmo. El resultado final fue que el músico acabó encerrado en un asilo más cercano a un manicomio por haber sido la causa de la muerte de tan inimitable músico.
Con esta apasionante historia, Milos Forman traza una película en la cual nos adentramos en la mente perversa de Antonio Salieri y en la juventud de un Mozart al que muchos críticos de la época tacharon de sobreactuado. Y es que Tom Hulce, actor encargado de dar vida al genio de Salzburgo, le da un toque demasiado infantil a su oficio en esta cinta. No obstante, algunos expertos han avalado su interpretación justificándose en que los escritos de gente que conoció a Mozart afirman que tenía una risa muy característica (que Hulce se encarga de reproducir a la perfección) y que detrás de sus composiciones musicales se escondía un niño que jamás pudo tener infancia por culpa de sus padres, quienes lo llevaban a presencia de los emperadores y le hacían componer desde bien pequeño.
Toda esta es la historia que traza Milos Forman en una película de más de dos horas y media pero de una belleza incomparable. Un guión formidable fruto de la irrepetible mente de Peter Shaffer (autor, entre otras, de la maravillosa obra Equus llevada al cine por Richard Burton en 1977), autor de la obra teatral exhibida previamente en Broadway, antes de que le llegara a Milos Forman la idea de plasmar en la gran pantalla la vida de Mozart. La recreación de la sociedad y la realeza de la época, la reconstrucción de la Viena imperial y las portentosas interpretaciones de Murray Abraham y Hulce, nominados ambos al Oscar y victorioso el primero por su Antonio Salieri son razones más que suficientes para acercarse a ver una película con un cartel promocional que da cierto miedo. Cinco palabras le bastaron a Warner Bros. para vendernos la película:
"El hombre, la música, la locura, el asesinato, la película...."
Pero hay una razón que no puedo pasar por alto. La excelente banda sonora con temas de ambos compositores. Forman rescata las mejores piezas de Salieri y las universales obras de Wolfgang Amadeus Mozart. El clímax de la película llega en la muerte de Mozart, mientras asistimos a su entierro en una fosa común con los acordes del Réquiem de fondo. Al que escribe es inevitable que se le pongan los pelos de los brazos erizados.
Fantástica recreación, no de la vida de Mozart, sino de la leyenda acerca de la vida del músico austriaco. Nadie debería perderse esta película que ganó en 1984 8 Oscars, entre ellos a la mejor película, director, actor y guión. Imperdible es decir poco, imprescindible es quedarse corto. Pocas películas existen acerca de esta temática y hay una sola que sobresale por encima de todas.
Esa es Amadeus.

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