Crítica Como la vida misma; El peligroso oficio de ser padres por accidente

 5'5/10
Como espectadores suspicaces y de una inteligencia contrastada, hemos de intuir la ironía que encierra el título de la película que nos ocupa, producto de la infinita imaginación que caracteriza a nuestros distribuidores cinematográficos (no en vano ya existe una película de 2007 con el mismo nombre con Steve Carell y Juliette Binoche como protagonistas) y su gusto pur muletillas y dichos populares. Y es que no podemos vislumbrar donde se encuentra la rutina o la normalidad en una historia melodramática que arranca con la muerte de una pareja y su posterior legado en forma de niña a dos amigos que no se llevan nada bien pero que no tendrán otra salida que convivir por el bien de su inesperada ahijada.
Como la vida misma muestra cierta habilidad en sortear el dramatismo de su arranque con buenas dosis de humor, esta vez sí, cotidiano. Concretamente el que se desprende de situaciones de la vida diaria de unos padres primerizos con escasos conocimientos previos de puericultura y carentes de la mentalización necesaria que se requiere para tener un bebé. De este modo, no es de extrañar la odisea que deben padecer con cada súbita (y pringosa) necesidad fisiológica de la niña o el engorroso sistema de turnos que se imponen para intentar mantener una cierta normalidad en sus vidas de soltero. De eso, al fin y al cabo, es de lo que habla a ratos esta película, de la conmoción que conlleva la suma de un miembro más a una familia y la difícil adaptación de la pareja a una rígida disciplina de cuidados y responsabilidades que demanda un hijo, aunque aquí todo se magnifique por la tumultuosa relación de los protagonistas, tan sólo unidos por la tragedia y el testamento de sus amigos.
Como director de orquesta Greg Berlanti, un joven aunque experimentado productor y guionista televisivo responsable de series como Cinco Hermanos, Everwood o Eli Stone, que firma aquí su primera incursión cinematográfica de la mano de un atractivo elenco actoral encabezado por Katherine Heigl (para muchos la nueva musa de una renovada comedia romántica con títulos como La cruda realidad, Killers o Lío Embarazoso), a la que acompaña Josh Duhamel (visto en la exitosa saga Transformers), Josh Lucas o la televisiva Christina Hendricks (la mujer con más curvas de Mad Men). Todos juntos componen una divertida comedia que halla su particular piedra de toque en la comicidad que se desprende de la desquiciante rutina que impone un bebé, más si cabe con unos padres tan patosos y desmañados.
No obstante, no podemos perder de vista de que Como la vida misma es un producto para todos los públicos cuya previsibilidad resta enteros al resultado final (no en vano, no se sorprenda al comprobar que el tráiler contiene la mayor parte de los buenos momentos). La relación entre entre la pareja protagonista camina de forma paralela a los acontecimientos cómicos que incluyen al bebé, imponiendo los patrones consabidos del género romántico que nos llevan a un final estándar aunque ello atente contra la propia coherencia de la trama. Un hecho que demuestra una vez más la escasa originalidad del cine comercial norteamericano pero que, de cualquier modo, se puede tolerar en favor del entretenimiento más complaciente y libre de disquisiciones morales.
Así pues, Como la vida misma no deja de ser una recomendable propuesta para comenzar este 2011 con una sonrisa despreocupada en el rostro y la mente despejada de problemas. Berlanti demuestra buen oficio en la dirección y el plantel actoral hace el resto (en especial Katherine Heigl) en esta comedia para solteros sin visos de compromiso y casados con hijos que afirmará en su posición a unos y servirá de hilarante reflejo a otros.

1 comentario:

  1. Me la apunto, al menos como para pasarla el rato. Catherine Heigl con todo sube a poco en este mundo Hollywoodense; pronto apareceran mejores papeles para ella.

    Saludos!

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