Retrospectiva Woody Allen; Sombras y Niebla

5/10

No se yo que deciros acerca de esta película. Bien es cierto que Woody Allen intenta homenajear a los grandes directores y películas del expresionismo alemán de los años 30, una corriente que desgraciadamente desapareció cuando Hitler accedió al poder. Creadores como Fritz Lang, F.W. Murnau, Georg Wilhem Pabst y Robert Wiene dejaron pasmado a todo el mundo conocido con inquietantes cintas como El Gabinete del Doctor Caligari, Nosferatu o El Vampiro de Düsseldorf, la que Allen se encarga de retratar en esta película realizada en 1991.
Para su realización, el director neoyorquino reflejó de una manera sublime el ambiente que transmitían las películas originales: sombras, siluetas de los personajes y una intensa niebla que le da a la cinta el toque de terror necesario para llevar a cabo su proyecto. Pero falta algo.
La puesta en escena es excelente y Allen consigue llevarnos a la Alemania de los años 30 pero sacrifica una buena historia en favor de la aparición de más y más personajes que no hacen más que ahogar la historia en un pozo del que no se sabe salir. La película termina de una manera brusca, momento en que un mago atrapa al asesino protagonista (que no sale más de diez minutos) para que luego desaparezca sin dejar el menor rastro.
Si en el expresionismo había terror y un suspense que dejaba helado al más acostumbrado, aquí nos encontramos ante una mezcla indeterminada entre romance, comedia y poco más. Es una película indefinida. A medida que avanza el metraje vamos captando menos cosas que al principio, dejando al espectador con una extraña sensación de vacío al terminar la película.
Parte de lo poco que me ha apasionado esta película en comparación con otras obras, se debe a una actriz llamada Mia Farrow. Cuando la veo en pantalla me preguntó porque Woody Allen no siguió emparejado a Louise Lasser ni ella casada con Frank Sinatra. Pero el uno se cruzó en el camino del otro. Farrow me sigue pareciendo una actriz que siempre interpreta el mismo tipo de papel: fría, débil, miedica, tímida y algún que otro calificativo más. Sólo he conseguido soportarla en La Semilla del Diablo de Roman Polanski, quizás porque Satanás hacía lo que quería con ella.
Pero ni John Malkovich, perdido en un guión que no es propio de su talento, ni Madonna (de la que me reservo hablar) ni el desfile de actores secundarios que veremos (Phillip Bosco, William H. Macy, Kathy Bates, Jodie Foster, John Cusack) consiguen que esta película me guste. No voy a ponerle una nota negativa a la película porque tampoco se la merece. Una puesta en escena fantástica y un actor principal como Woody Allen y sus mágicos diálogos, con fuertes e intensas conversaciones acerca del sexo, no hacen que Sombras y Niebla sea una película que merezca ver por segunda vez.
Espero más de tí, querido Woody.

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